Bela Sainz es una chica muy especial, toda su familia adora con todo su corazón y por eso siempre han intentado hacerla sonreír, sobre todo desde aquel accidente. Amante de la fotografía, su deseo es encontrar un trabajo donde pueda hacer eso que ta...
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Bela Sainz
Viernes 14 de julio de 2023. Mallorca, España 📍
La tarta que tenía delante de mi la había preparado tía Reyes. Había pasado toda la mañana en la cocina para que quedará perfecta. Y sin duda lo había conseguido.
Carlos fue el encargado de dejar la tarta en la mesa, justo después de que termináramos de comer. Junto a las velas con el número 23, había otro par de velas con el número 10.
— ¿10? — preguntó Max desconcertado.
Mi madre solía decir que la vida era muy corta para no celebrar las pequeñas cosas que nos pasaban. Por lo que tras el accidente que casi acaba con mi vida, como lo hizo con la de mi madre, mi tía Reyes se encargaba de poner otro par de velas para celebrar que la vida me dió otra oportunidad.
— My Aunt Lu always said that life was too short not to celebrate the little things, 10 years ago we started celebrating that life gave her a second chance(Mi tía Lu siempre decía que la vida era demasiado corta para no celebrar las pequeñas cosas, hace 10 años que empezamos a celebrar que la vida le dió una segunda oportunidad) — explicó Carlos sin entrar mucho en detalles.
Aunque si querían saber más, solamente tenían que leer todas las noticias que había en internet y que hablaban de lo que sucedió.
— So you must make two wishes(Entonces debes pedir dos deseos) — añadió Charles con una pequeña sonrisa.
Lo que dijo Charles no era una tontería, o al menos nunca lo vi así. Si tenía dos velas, debía pedir un deseo por cada una de ellas. Nunca antes lo había hecho, pero supongo que este año sería el primero. Algo me decía que este año me esperaba con muchas primeras veces muy diferentes.
✨ Sonreír más a menudo ... pero sonrisas de verdad y no forzadas, como suelo hacer ✨
✨ Dedicarme a lo que más me gusta, la fotografía ✨
Cerré los ojos antes de soplar los dos pares de velas, deseando de corazón que estos deseos se cumplieran. Y aunque uno estaba apunto de cumplirlo, solo deseaba que durará mucho tiempo.
Los aplausos no tardaron en llegar, cuando volví a abrir los ojos tuve que secarme algunas lágrimas que se me habían escapado. Estás fechas me mantenían muy sensibles, nunca podía evitarlo.
— La hora de los regalos — dijo Carlos emocionado mientras corría hacia el interior de la casa y salía con un montón de bolsas.
Puso delante de mi todos esos regalos, poco a poco fui abriendo cada uno de ellos.
