𝒞𝒶𝓈𝒾 𝓊𝓃 𝒻𝒾𝓃𝒶𝓁

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Los meses habían pasado en cámara lenta, momentos monótonos inexplicablemente memorables para la memoria de jóvenes almas.
La lealtad de Saúl estaba fuertemente enlazada hacia Alejandro.
Por supuesto que veía que era un arrogante, un egoísta en muchas ocasiones y un tanto manipulador.
Pero si a Alejandro no le gustaba algo del disco o alguna melodía, saul inmediatamente lo cambiaba o quitaba del plan, influía mucho en su vida, en cualquier paso que daba y cualquier decisión que tomaba, saul era un títere y Alejandro su dueño.

Los conflictos entre los demás en la banda comenzaron a agrandarse más y más, nadie sabía el tipo de relación que había entre ambos, pero sabían que había algo enfermo, ya ni siquiera disfrutaban hacer lo que les gustaba, algo sin que les dijeran qué hacer, pero Alejandro, era un desgraciado desposta.

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El estudio se sentía frío, tenso, estaban todos sentados en aquellos fríos sillones de cuero color vino, el olor a tabaco con cafe resaltaba en el lugar, de fondo resonaba "trátame suavemente" de aquellos muchachos que se habían hecho muy reconocidos, "soda stereo", Alejandro se levantó yendo al baño del edificio, dándole una mirada de complicidad a Saúl para que lo siguiera.
Acto que fue detenido por Saúl, sujetándole la mano impidiendo que se levantara del sillón.
-no hagas algo estúpido
- de que estás hablando?
- no te hagas - llevo sus codos hasta las rodillas ladeando su cabeza mirando fijamente a Saúl.
- todos nos damos cuenta que se dan sus escapaditas, no actúes por idiotez porque luego te vas a estar arrepentido.
- ni siquiera sabes que pedo y ya me estás acusando de algo.
- tú lo ves como algo único, desenfrenado y excitante, pero es enfermo Saúl, este wey no te está trayendo nada bueno, nunca te trajo nada bueno, una vez ya habíamos hablado de esto, no te dejes engañar, no te dejes manipular, como sabes que no te está usando para su propio beneficio.
- no seas pendejo André, sé que no me va a volver a lastimar, ya lo que pasó quedó claro que los dos fuimos muy mensos y está bien, somos humanos y la cagamos, siempre la vamos a cagar, pero eso no impide dar una segunda oportunidad, todo está bien.
- no seas mamón, neta crees que las personas como este wey cambian, ponle, ya no te va a lastimar el a ti, pero ... tu si estás lastimando a alguien que ni las debe ni las teme y tampoco es justo que te estés cogiendo a este wey y luego vas con ella como si no pasara nada, ojalá que te haga lo mismo que tú le haces para que veas que se siente, si no te lo hace Alejandro primero.
Saúl no supo que más decir, su amigo tenía mucha razón, estaba lastimado a quien más lo apoyaba, pero este sentimiento de satisfacción al tener al castaño entre su piel lo hacía sentir demasiado bien, no negaba que estaba hasta cierto punto obsesionado con el castaño, con tener su atención y cariño a pesar de que eso trajera consecuencias.
Prendió un cigarro y salió por la ventana del estudio, podía ver lo bonita que lucía la ciudad desde cierta altura y sintió la presencia de alguien tras de él.
- me voy a salir de la banda - Saúl giró rápidamente su cabeza sorprendido por las palabras que Diego soltó.
- ¿por qué?
- porque ya no estoy cómodo aquí
- no me digas que también es porque tengo cierto favoritismo con Alejandro
- en parte si, haces todo lo que él quiere y no es un dúo, somos 5, de que sirve que yo te de ideas si Alejandro te voltea a ver y me callas que porque eso no funciona, mis ideas dejaron de servirte, nosotros dejamos de servirte y no se siente chido.
- Diego, estás exagerando todos son mis amigos, pero Ale es un gran elemento, tiene buenas ideas y buenas aportaciones.
- y tambien es buen amante por lo visto
- no, no es mi amante, mira si te quieres ir, adelante, si quieres buscar algo mejor, tienes apoyo- Diego volvió a entrar y Saúl se quedó con aquella espina en el pecho, tal vez todos tenían razón y no estaba dejando pasar todo con tal de detener a Alejandro a su lado.
Aventó la colilla al aire y volvió a entrar cerrando la puerta de vidrio detrás de él.
Vio como Diego y sabo estaban murmurando, el último negando con su cabeza y un ceño molesto, se dirigió con Alejandro y Alfonso que estaban platicando.
- Diego se va a ir
- te dije - Alfonso le dio una mirada rapida y acusadora.
- tienes el arma en tu cabeza ahora, porque sin Diego las canciones ya no van a sonar igual, aunque digas que no, lo necesitas.
- nadie es necesario, si Diego se quiere ir, pues que se vaya, podemos hasta ser mejores sin él - las palabras de Alejandro sonaban arrogantes, pero Saúl sabía que tenía razón, podían hacerla sin el teclado, con que las guitarras suenen bien, es lo único que necesitaban.
Se removió un poco en su lugar por la mirada penetrante y molesta que le lanzaban Diego y sabo, de pronto todo se habían vuelto por grupos, ya ni siquiera parecían amigos, esto ya lo hacían más por trabajo que por diversión y pasión
Y por supuesto que estaba nervioso al saber que Diego ya no estaría o no quiere estar, pues él fue el único que estuvo ahí siguiéndolo en lo que comenzó siendo un juego, estuvo con él en España buscando alguna manera de funcionar como banda, fue su mano derecha y estuvo ahí siempre, pero tampoco lo podía detener en un lugar donde su amigo ya no estaba cómodo, a veces los cambios eran buenos, sentía su cabeza abrumada, había tantas cosas que pensar y se estaba hundiendo, no quería que todo se fuera a la borda, pero sus pies no se podían mover, estaba en el borde, junto a él ...

Enemigo// Saul. H Y Alejandro.M Donde viven las historias. Descúbrelo ahora