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Un mes había pasado y una sola cosa Alejandro no había sacado de su mente, los labios de saul, una extraña sensación invadió su pecho, odiaba sentirse así, agarro sus cosas y salió ignorando cualquier pensamiento que lo detuviera.

El aire se le fue cuando estuvo frente a esa Casa azul de portón de blanco, tocó tres veces y nadie abrió.
Pensó que era demasiado inútil estar ahí, en primera ¿porqué había ido ahí?, el sonido de la puerta siendo abierta lo detuvo y sintió como todo aire que quedaba en su interior se detuvo.

-buenas tardes - dijo un señor amablemente, era idéntico a saul o más bien saul idéntico a él.
- está Hernández?, buenas  tardes
- si, pásale deja le hablo - era la primera vez que estaba en esa casa, era acogedora y melancólica.
Había un montón de fotos de saul chiquito junto a sus hermanas, junto a su papá, el de adolescente y una foto de la familia sonriendo junto a su mamá, le hizo sentir internamente al recordar las veces que había sido muy mamón con el.
Saul era muy indefenso, si bien no necesitaba de cariño, parecía querer sentirse querido ...

Vio la figura delgada y alta de saul por el pasillo, sintió la cara de sorpresa al verlo sentado en el sillón y claro, que estaría haciendo ahí.
Se levantó rápidamente pero fue interrumpido por el papá.
- apenas vamos almorzar, quieres café o refresco- saul volteo a ver a su padre con un poco de cara de molestia.
-no te piensas ir verdad, si acabas de llegar, siéntense- Alejandro estaba demasiado apenado, podía sentir la mirada penetrante de saul sobre el, duda, curiosidad y vergüenza reflejaba la cara del moreno.
El desayuno pasó tranquilo y entre platicas comunes, ale recogió su plato y el de los que habían acabado, pues a pesar de ser visita, quería quedar bien.
Vio cómo el moreno se levantó de la mesa y lo siguió, cerrando la puerta de la habitación detrás de él.
-hoy no hay ensayo, ¿qué haces aquí?- quería buscar cualquier pretexto, pero sus impulsos actuaron por sí solos, jalo a saul de su chaqueta y pegó sus labios con los de él, no sabía porque, pero sintió la necesidad, saul se despegó lo más rápido que pudo, quería justificar sus acciones, pero Alejandro no sabía cómo justificar las ganas que tenia de besarlo.

Poco a poco saul se separó de Alejandro y murmuró un eres una pendejo.
El ya lo sabía, sabía que era un idiota por decir que no era maricon y aquí estaba besando a su cantante.

-no se si me gustas
- y porque me besas?
- no se, estoy confundido, me caes gordo, pero hay algo en ti que me hace sentir raro, como que quiero vomitar . - saul sabía que no estaba bien poner sus sentimientos en juego al querer conquistar a alguien confundido, pero sus pensamientos pasaron a segundo plano cuando se volvieron a besar.

Enemigo// Saul. H Y Alejandro.M Donde viven las historias. Descúbrelo ahora