𝒮ℴ𝓂ℴ𝓈 𝒶𝒿ℯ𝓃ℴ𝓈

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Basto no más de un mes que sabo decidiera dejar también la banda, saul se sentía estar cayendo desde la cúspide de una montaña

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Basto no más de un mes que sabo decidiera dejar también la banda, saul se sentía estar cayendo desde la cúspide de una montaña.
Una vida llena de excesos diversión y de pronto que todo parezca querer culminar, "mi karma", pensó sintiendo un gran peso en su interior...

Dio un vistazo rápido a su departamento, sintió como su piel se hizo chinita y como las puntas de los dedos de sus pies cosquilleaban, hoy había sido uno de esos días donde nada parecía estar bien o querer ir bien, aún después de todo este tiempo sabía que Alejandro era su pecado y en ningún momento había querido lastimar a nadie, no comprendía muy bien qué es lo que pasaba con su amante, después de tantos detalles, tantas palabras, tanto que lo había hecho sentir grande lo estaba dejando caer con su rechazo y su distanciamiento, no podía evitar guardar un lugar junto a él en alguna entrevista y ver cómo le pasaba de largo prefiriendo otro lugar, una lágrima rodó por su mejilla, ahora que había hecho mal ...
Llamó aquel número que conocía de memoria, siendo nuevamente enviado al buzón, no lo
Iba a negar que extrañaba la presencia del castaño, pues hace bastantes días no rondaba por ahí, realmente quería saber qué había hecho mal, tenía muy en claro que no eran nada, ni habían llegado a formalizar algo, tocó su frente con un poco de desespero volviendo a llamar, los días parecían largos y tensos, habían pasado de verse todos los días, casi viviendo en el departamento de Saúl a la actual situación, donde su única conversación era "ya tengo este riff" o " ya tengo la letra", esta maldita historia parecía estarse repitiendo y le quemaba la piel ...
Dio un sorbo a su amarga cerveza, no sabía si llamar o quedarse a asumir sus actos, contó hasta tres y la necesidad de no querer estar solo lo engañó

-Saúl?
- te puedes quedar esta noche?

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Después de un rato la puerta de la sala se escuchó, saul abrió con la pequeña esperanza que fuera Alejandro, pero una figura femenina bastante conocida para él estaba parada en la puerta, con aquella sonrisa tan bonita y los ojos brillantes , lamentaba ser un monstruo para ella.
La llamaba cada que quería, la buscaba cuando la necesitaba, sabía que la lastimaba como alguna vez a él lo hirieron, sin embargo ahí estaba con el, esperaba realmente envejecer con ella si su vida con Alejandro no lograba funcionar.
Le dio un casto beso en sus labios y acarició su mejilla abriéndose paso para dejarla pasar.

¿Qué si la quería?, por supuesto, era una gran amiga, mujer y compañera, pero no era su Ale ...
Entonces,¿ por qué si se supone quieres a alguien, tú mismo la lastimas?, sus ojos amielados le decían que pensara un poco en ella, en el daño que todo esto le iba a causar y hasta la fecha no se ha podido detener.
Quería no pensar en todas las traiciones que le ha hecho, al fin al cabo, parecía que Alejandro se aburrió otra vez de él y en todo caso, no quedaría nada más que el recuerdo del arte de ser casi a algo, siendo completamente nada, se hundió en aquella cama, cama que meses atrás compartió con alguien, que hasta hoy seguía su figura marcada, como si el colchón se hubiera adaptado a ella, las luces apagadas y el frío viento entrando por la ventana, claro que él era el culpable, era su culpa, teniendo todo y deseando un cuerpo ajeno
Unos labios ajenos, sabía que lo había hecho no estaba bien, no quería jugar con dos almas, pero no se podía detener.
Bajo la única luz que lograba penetrar la habitación le dio un beso en el hombro y se dispuso a dejar de pensar.
Tal vez y solo tal vez era mejor que las cosas se acomodaran por sí solas en su lugar, se quedaría aquí, con ella, mientras dejaba el tiempo pasar .

Enemigo// Saul. H Y Alejandro.M Donde viven las historias. Descúbrelo ahora