Recuerdos color carmin

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El cuerpo de Saul temblaba mientras su dientes rechinaban, sentía el sudor de su frente caer sobre su rostro, su corazón sentía latir muy rápido su corazón, caminaba en círculos sintiendo sus pies temblar.
Se sentía eufórico, en su cabeza rondaban aquellos pensamientos de los labios de Alejandro besando los suyos, las palabras que le decía a solas, la imagen de aquella chica bajita besando los labios de ale, de su Ale ...

- me gustas mucho, yo no quería que me gustaras, pero ya vez
- eres un payaso, tú también me gustas.

Las manos entrelazadas de ambos retumbaban en su mente, la piel clara y suave del argentino podía sentirla en su imaginación, las lágrimas no tardaron en salir, los ojos le picaban, puso su cabeza sobre de sus rodillas abrazándose a sí mismo.
Consumió un poco de crack, sintiendo secándose su boca, comenzó a sentirse más angustiado de lo normal, puso su mano izquierda en su pecho por la falta de respiración que comenzaba a sentir, su cuerpo flácido calló sobre el frío suelo, un golpe en seco resonó por la habitación, alertando a su hermana quien no tardo en llegar a donde estaba el cuerpo de saul.
Su cara estaba pálida y sus ojos llorosos.
Corrió lo más rápido posible al único teléfono de la casa llamando a emergencias, espero hincada sujetando la mano de su hermano, la ambulancia no había tardado tanto en llegar, la vida de saul dependía de un diminuto hilo.

Sobredosis, ese había sido el diagnóstico, la mirada de saul estaba perdida, y ahora, ¿qué seguía?.
Se sentía cobarde, demasiado cobarde, por haberse refugiado en algo tan patético como el crack, aún así, ya lo había hecho, solo quedaba aprender, que por amar tanto a alguien puede causar un gran daño en el.
Vio a su amigo entrar a su habitación, la mirada angustiada de Alfonso lo conmovió, giraba a todos lados buscando algo o a alguien
-no quiso venir, sabe que es su culpa
- no te tienes porque enojar con el, tampoco fue su culpa, en todo caso fue mía por refugiarme en algo así.
- no lo sigas defendiendo, el no trae nada bueno para ti
- no espero nada de él

Era patético estar perdiéndose así mismo por alguien que ya lo había dejado atrás, ya no lo iba a volver a ver y poco a poco su corazón tenía que estar sanando, no sentía ni una pizca de remordimiento, pues sus palabras y sentimientos siempre se habían sido sinceros, cada te amo que había salido de su boca había sido real y simplemente no quería buscarlo otra vez, no quería saber nada de él, habían creado magia juntos, magia que había terminado tal y como comenzó, tal vez por culpa de el, por culpa de Dios o del destino, dejo lado la inexplicable razón, porque nunca hubo una, nunca habían dado un inicio tal como no habían concluido con un final, se iba a lamentar lo que quedaba de su existencia, pero estaba agradecido, porque una parte de él se había enamorado como sabía que que no lo volvería a hacer.
Había tomado la mejor decisión, dejar su banda, dejarlo a él.
Anhelaba con todo el corazón todo lo mejor para él y sus planes a futuro, que en otra vida tal vez puedan ser sus labios los que besen a Alejandro, que sea su cuerpo el que se funda con el.

- Gracias Andre, por mi pueden conseguir a alguien más, no quiero continuar.
- si es tu decisión, entonces está bien amigo, ¿puedo estar viniendo a tu casa verdad?
Saul asintió sonriendo viendo la figura de su amigo desvanecerse en la puerta.

Tal vez algunos cambios eran para mejorar, anhelaba que la vida le pudiera volver a brillar.

Enemigo// Saul. H Y Alejandro.M Donde viven las historias. Descúbrelo ahora