ℂ𝕒𝕦𝕤𝕒 𝕪 𝕖𝕗𝕖𝕔𝕥𝕠

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Bastaron solo unos par de ocasiones para que Denisse comenzara a dudar lo que tanto se murmuraba en cada uno de los toquines, "yo digo que si son pareja", "pues obvio que se nota que se gustan no seas mensa".
Veía disimuladamente Alejandro veía a Saúl y como Saúl le sostenía la mirada para sonreírse mutuamente, empezó a sentir como el aire le hacía falta "es amabilidad", penso ...
Desde un inicio que conoció a Alejandro sabía que algo no estaba bien, dejo atrás cada pensamiento y se dispuso a ir a la cocina de Alfonso por otra cerveza, de un tiempo para acá ya no se sentía cómoda, no sabía que era lo que realmente quería o pasaba en su interior, aún así no quería perder a Saúl, quería estar con él aún si eso traía consecuencias después.
Al salir sintió como su pecho se encogió y como le picaron los ojos, Saúl estaba sentado y Alejandro estaba haciendo sonidos raros con la guitarra tratando de imitarlos con boca y eso no tendría nada de raro o malo, si no fuera por la forma en que Saúl se estaba riendo de una forma en que nunca se había reído con ella, la inseguridad fue subiendo tanto como su ansiedad.

Ella ya lo sabía todo, pero perder el cariño de Saúl no era una opción, siempre había estado de acuerdo que en el sexo, el amor y el corazón todo se vale, pero ¿y su corazón no valía?, ¿su esfuerzo y esmero no habían servido de nada?.

-ya me quiero ir- dijo en un tono cabizbajo
-por?
- no me siento bien - volteo a ver a Alejandro, quien a su vez la volteó a ver con burla -vamonos- se sentía frágil y tonta, sabía que si Saúl le decía que si estaba loca o era su imaginación lo iba a creer, estaba dispuesta a hacerse de la vista gorda, sabía que no estaba bien rogar, pero ella de verdad estaba enamorada de él, estaba dispuesta a perdonar cualquier cosa, pues tal vez ni siquiera significa nada para él.





Caminó en círculos por la habitación de Saúl, sintiendo su mirada en ella, un largo suspiro salieron de sus labios, sujetó su cabeza,  o quería llorar, no quería que Saúl se quedara por lástima o pena.

- tienes algo que ver con tu guitarrista?, quiero la verdad Saúl, que fue lo que vi -Saúl trago saliva y se paró rápidamente intentando acercarse a ella - dime que no tienes nada que ver con el- quería llorar pero las lágrimas no le salían de los ojos, se dejó caer de espaldas en la cama tapanadose la cara, escucho el suspiro de Saúl y como se sentó enfrente de ella.
- si, si hay algo, no fue culpa tuya ni de nadie, es algo que nunca pude evitar sentir por el, está bien si te quieres ir, yo te llevo a casa.
- ¿no me amabas?, ¿no me amas? - se sentó quedando cara a cara, apretó sus labios y curveó su par de cejas, sintió las mejillas mojadas y el pecho lleno de decepción
- no, no, no sé, fue por impulso, me dejé llevar
- te estoy preguntando si me amas Saúl
-ya no te amo ...
- no pasa nada - se limpió las lágrimas y soltó una pequeña risa - yo lo voy a asimilar y podemos continuar, te voy a volver a conquistar, no hace falta que terminemos, te lo juro que no me importa.
- no Denisse, yo no puedo jugar así contigo - Saúl le acaricio un poco la cara, dándole un leve beso en la frente
- no importa, te juro que no importa, con tal que estés aquí, estoy dispuesta a perdonarte, confía en mí, te lo juro que vamos a volver a ser felices, te estoy ofreciendo todo lo que tengo Saúl, te estoy dando todo ... no puedes dejarme solo así, no quiero que me dejes por algo tan tonto como eso- sujetó el rostro de Saúl atrayéndolo a el de ella, un beso sabor a sal, un beso tan hipócrita y lleno de esperanza, fue aquello lo que consumió lentamente el fuego de la noche con cenizas, claro que Saúl era un pendejo, pero sería más estúpido si se quedaba y seguía jugando con ambos, la vio a los ojos sin poderse resistir, toda acción tenía una reacción y era para él imposible poder acostarse junto a ella después de estar engañándola todo este tiempo, se sentó en la orilla de la cama, tenía los ojos llorosos, sin darse cuenta sintió como lagrimas frías caían por sobre sus mejillas, llegando a la punta de sus labios, dejándolo probar su propio y saldo néctar.
Se las limpió rápido, mientras veía de reojo a Denisse, quien se sentó en el piso en la esquina de la habitación.

-no te voy a dejar Saúl, ya te dije, la cagaste y lo comprendo, fue mi culpa, no te voy a dejar ir tan así de fácil, no sin que me des otra oportunidad, para que solo tengas ojos para mí, te lo juro que no pasa nada, te perdono, somos humanos.
- te vas a desquitar un día
- no, no soy así, no tengo porque desquitarme de nada, pero no te vayas ...- lastima, era lo que aquí comenzó a sentir al ver a la chica así de inmune, la abrazo con suavidad, acariciandole el cabello, definitivamente, no tenía el olor que le gustaba y no era que oliera feo, pero Alejandro se había adueñado de cada parte de su cuerpo delgado, la amaba, pero amaba más a Ale y sabia perfectamente que después de él no sería capaz de querer estar con alguien más ...

Enemigo// Saul. H Y Alejandro.M Donde viven las historias. Descúbrelo ahora