Una idea rondaba tu mente.
"Quería ese libro"
Rodando acostada en tu cama pensabas pasar el resto de tu vida ahí postrada, no era mala idea pero tampoco te gustaba la idea de lastimar a Roxana que te ofrecía su casa.
Entrenar estaba lejos de tus pensamientos así que pediste prestada una charola y un par de vasos.
Tus manos se habían acostumbrado al manejo de objetos así que ibas a practicar un poco más.
O eso pensabas.
Eras un desastre, no entendías como perdiste toda habilidad de cargar cosas y ser fuerte, aguantaste tus ganas de llorar al verte caer al menos diez veces.
Limpiaste el agua del piso para suspirar frustrada, Roxana te tendió ropa más grande de la normal en lo que la tuya se secaba.
Aun con el ánimo por el piso caminaste hasta a la pequeña plaza con fuente.
Las personas pasaban en su propio mundo, jóvenes y mayores.
Pero lo que llamaba tu atención eran los jóvenes chiquitos que pasaban riendo.
—Parece que tienes curiosidad por ellos.
Una suave voz atrajo tu atención.
—Nunca los he visto antes, son demasiado pequeños.
Comenzaste a hablar por la única razón de que si te quedabas en silencio nunca llegarías a respuestas.
Ahora que veías a la joven parecía ser la misma chica del puesto donde viste la novela.
—Son niños.
Sonrió con amabilidad mientras se sentaba a tu lado.
Ese término estaba muy fuera de tu conocimiento.
—¿Niños?
La joven te contemplo para después asentir.
—Supongo que es más o menos igual a lo que ustedes llaman ciclos de vida.
Dirigiste tu mirada inconscientemente a tu tobillo derecho.
Una marca roja que decía que te quedaban dos años hasta tu llegada a casa, aquella que marcaba el fin de la vida.
Tu fin hubiera llegado antes en aquella batalla, para bien o para mal la vida siguió para ti.
El silencio se volvió ruidos de un lápiz sobre un papel, no estabas interesada en molestar a la joven pero tenías curiosidad de ver que era lo que hacía.
Notaste en aquel papel una réplica exacta de la fuente a gran detalle.
—Increíble...
Sin darte cuenta tus palabras sorprendidas elogiaban aquella réplica.
La joven se sonrojo al escuchar tus palabras pero con un poco de vergüenza te dejo ver aquello que hacía.
—¿Estas dibujando, Shania?
La voz de una joven de ojos aceitunados se acercó a ella con una gran sonrisa.
—¡Ghondor!
La joven sonrió ante la llegada de lo que parecía ser su amiga.
Te quedaste en silencio observando la conversación amigable de aquellas chicas, algo que te recordó a tu propio equipo.
La chica llamada Ghondor por fin te miro, simplemente analizando tu situación.
—Debes ser la chica que rescato Vandham.
El fleco tapaba tu ojo pero no era inevitable el no poder verlo.
—Supongo que si esto —señalaste tu ojo—, no te lo dice pues entonces no sé qué lo haga.
No respondiste amable, te sentías molesta de que aquella joven que se veía fuerte y con ganas de pelear por la vida.
Ghondor lo notó, aquella hostilidad pero antes de que dijera algo una persona más los interrumpió.
—Por fin te vuelvo a encontrar.
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La chica sin Iris
FanfictionSiempre pensaste que dar la vida en guerra era la única manera de vivir, las noches fueron frías y solitarias, todo lo en lo que creías se desvaneció durante esa última batalla, la única sobreviviente, la única que sabe la verdad. Tu surte puede cam...