Capítulo 14

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Dabas vueltas por la fuente sin saber qué hacer, te habías enterado que los muchachos que llegaron fueron mandados inmediatamente a otra misión con amonestaciones y tuvieron que disculparse contigo con Vandham enfrente, parecían avergonzados ante su jefe.

Al menos estarías tranquila hasta terminar tus asuntos.

—Hola.

Diste un brinco cuando te llamaron.

Zack parecía triste y sabias porque, cuando se enteró de que estabas siendo perseguida se sintió impotente al no poder ayudarte.

Sentías que tu corazón latía con fuerza cuando lo viste preocupado por ti aunque no entendías bien el porqué.

—Tengamos eso que llaman cita.

Dijiste sacando a Zack de sus pensamientos logrando que abriera los ojos con sorpresa.

—¿De verdad? —sus ojos se iluminaron al segundo.

—Bueno... No sé exactamente qué significa "cita" pero me dijeron que era la mejor disculpa.

Zack soltó una risita un poco nervioso asintiendo ante tus palabras.

—Lo es, déjame enseñarte que significa tener una cita.

Sonreíste ampliamente emocionada y aliviada de que aceptaba tus disculpas por ocultarle tu plan.

—Se supone que debe ser mi disculpa pero al final serás tú quien me enseñe.

—Tu disculpa es presentarte, con eso me vasta.

Guiño un ojo divertido a lo que reíste y asentiste gustosa.

Tres días pasaron para tu "cita".

Roxana peinó tu cabello con una media coleta amarrada con un lazo azul brillante dejando un poco de flequillo recién cortado en tu ojo junto a una tela que lo tapaba, un poco de pinta labios rosa junto a una blusa cómoda qué combinaba con los pantalones que por fin eran a tu medida.

Zack parado frente a tu puerta peinado con esmero donde su flequillo dejaba ver sus radiantes ojos esmerada, una playera azul marino y unos pantalones negros que hacían verlo más alto.
Te hizo sentir emocionada de alguna manera, por lo general su estilo relajado era lo que te llamaba la atención de él pero en esta ocasión era diferente lo veías más como hombre.

En su mano sostenía una flor que nunca habías visto, sus pétalos blancos estaban bañados con puntitos azules.

Seguramente le costó trabajo conseguir alguna flor que no se daba en la ciudad.

—Te ves hermosa.

Aunque tal vez no fuera su intención decirlo en voz alta hizo que su rostro se tiñera de rojo junto al tuyo.

—Gracias, también te ves muy guapo hoy, también gracias por el regalo dame dos minutos lo pondré en agua en mi cuarto.

Corriste a la cocina donde Roxana te tendió un pequeño basó con agua, no habías tardado mucho pero al regresar ya se encontraba hablando amigable con Zack quien parecía estar muy avergonzado.

Tras una corta despedida de Roxana deseando buen viaje ambos salieron a caminar por el lugar, era el mismo que ambos conocían pero en esta ocasión era diferente, ambos estaban divirtiéndose contando anécdotas sobre sus vidas.

Su primera parada fue la taberna, donde decidieron comer, entre el bullicio tu jefe el nopon elogio lo guapa que estabas y lo afortunado que era Zack.

La rica comida fue llenada de sus risas ignorando las miradas de los ajenos, simplemente se dedicaron a disfrutar de ustedes.

La chica sin IrisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora