Con el paso de los días mejoro el uso de la bandeja además de caminar sin tropezar, tu esfuerzo había dado frutos después de un pequeño entrenamiento que le pediste a Ghondor para que te ayudará.
Eras soldado y tú cuerpo recordaba los movimientos, ponerte en forma no fue difícil pero te diste cuenta de algo.
No tenías la misma fuerza de un humano con iris, eras más débil y por ende más frágil.
Su lugar preferido termino siendo la fuente donde extrañamente siempre terminaban reunidos los cuatro.
Este día no fue la excepción.
Zack practicaba con las pelotas de malabares mientras Ghondor te guiaba en los ejercicios que ponía y Shania se dedicaba a dibujarlos.
—Ahora eres más rápida —sonrió Ghondor que esquivo el último golpe.
—Gracias, creo que por fin estoy acostumbrada a esto.
Sonreíste un poco mirando tus manos con cierta nostalgia.
—¿Eso significa qué conseguirás trabajo en la taberna?
Zack se acercó a ambas jóvenes con curiosidad.
Después de la explicación dada por el doctor tardaron unos tres días en volverse a ver a los ojos sin sentir vergüenza por parte de Zack que al verte tranquila a su lado entendió que no dominabas toda la información de su mundo.
—Quiero comprar esa novela —sonreíste animada.
Zack tuvo un ligero rubor en sus mejillas y Ghondor solo rió satisfecha.
—¿Mañana te presentaras a la taberna?
Asentiste ante la pregunta de Shania.
—Iré a comer en tu turno.
Zack sonrió decidido a seguirte para animarte.
—Mi madre pasa muy seguido por ahí con el jefe, seguramente los veas con regularidad.
Ghondor explicó sin mucha emoción pero al menos tendrías a gente que estaría vigilando por si algo salía mal con los comensales.
Y así paso, Zack iba a comer todos los días después de su pequeña presentación, Mónica y Vandham comían regularmente si no estaban de misión y Roxana siempre que podía se daba una vuelta por ahí.
Si bien la gente te seguía viendo como una extraña solamente te limitabas a servir la comida, parecía que todos sabían de ti pero al mismo tiempo nadie se metía contigo lo cual lo hacía mejor.
Por fin habías recibido tu primera paga, Zack te estaba esperando afuera del trabajo como todos los días, fue una extraña costumbre que se hizo pues el chico de ojos verdes no era militar como el resto.
Decía que eso no era lo suyo así que prefería entretener a la gente para olvidar un poco la estresante realidad algo que comprendías, aquel mundo sin sol debía ser difícil tener un poco de alivio siempre venía bien por muy poco o común que fuera.
Caminando tranquilamente por los puestos se detuvieron frete a la tienda del nopon que anteriormente vendía la novela.
—¡Señorita un placer verla otra vez!
Los nopon eran criaturas amables y buenos comerciantes, incluso tu jefe era un nopon.
—¿Aún tienes algún libro de la novela? —preguntó Zack observando el puesto.
—¿Joven querer regalar libro a novia?
Zack alzó la mirada como un resorte en cuanto escucho las palabras, con un poco de vergüenza volteo a verte.
"¿Novia?, ¿que era una novia?"
—¿Qué es eso?
Tu pregunta parecía entristecer al joven que colocó una sonrisa triste en sus labios.
—Son personas que están juntas, comparten todo.
El nopon fue quien respondió.
—¿Es cómo los amigos? —preguntaste pensando en la definición de esa palabra.
—¡Más que amigos! ¡Los novios son...!
—¡WOA LO ENCONTRÉ!
El grito de Zack interrumpió la explicación del mercader.
Te olvidaste temporalmente de esa palabra para revisar que fuera lo que buscabas.
—¡Por fin lo puedo comprar!
Una extraña sensación invadió tu pecho estabas alegre de que tu esfuerzo valiera la pena.
Pagaste el libro con tu dinero y sonreíste ampliamente contemplando tu adquisición.
—¡Gracias por su compra, vuelvan pronto!
El nopon los despidió mientras ambos volvían a su caminata de regreso a casa.
Tu cara dolía de sonreír tanto pero no podías evitarlo.
—Me alegro que tu esfuerzo diera frutos.
Zack sonrió al verte tan contenta abrazando tu nueva adquisición.
Por fin llegabas a casa o a la de Roxana, aun no querías sentirte como alguien que aprovechara de su hospitalidad.
—Gracias por traerme hoy también, debe ser cansado esperarme.
El cabello negro de Zack se revolvió cuando negó con una cálida sonrisa.
—En absoluto, esperarte es una de las actividades favoritas del día.
—¿Una? ¿De cuantas?
—Tres.
Te quedaste callada esperando más explicación.
Zack inocentemente sonrió y continuó ante tu silencio.
—Una es cuando voy a comer, otra cuando te espero y la última venir caminando a casa contigo.
No sabias exactamente porque esos serían sus tres momentos favoritos pero te alegraba de que al menos pudieran caminar juntos a casa.
—Gracias Zack, también me divierto mucho caminando de regreso a casa contigo.
Abrazaste el libro contra tu pecho mientras sonreías.
El rubor en las orejas de aquel joven era visible pero te dedico una sonrisa igual de brillante que sus ojos verdes.
—Será mejor que entres, te veré mañana.
Zack se acercó a ti acortando toda distancia pero solo coloco una mano en tu cabeza despeinándote un poco para después correr fuera de tu vista.
Roxana estaba dentro tomando una taza de té.
—¿Te divertiste? —preguntó con una sonrisa en su rostro.
—¡Sí!
Sonreíste mientras te sentabas con ella para contar tu día también.
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La chica sin Iris
ФанфикSiempre pensaste que dar la vida en guerra era la única manera de vivir, las noches fueron frías y solitarias, todo lo en lo que creías se desvaneció durante esa última batalla, la única sobreviviente, la única que sabe la verdad. Tu surte puede cam...