Tu aliento entrecortado rosaba con tus mejillas que entraron en calor, comenzaste a correr de aquellos hombres que se habían dado cuenta de tu presencia, tu plan lo llevaste a cabo retirando la tela de tu ojo y andabas sin mucho cuidado al principio pero no pensabas que todo se torcería de esa manera.
Que más daba, no estaba ni Mónica ni Ghondor pues habían salido de emergencia, nadie iba ayudarte.
Estabas en la plaza pública para encontrarte con ellas, y habías dejado la esfera en casa por desconfianza a que se rompiera.
Hasta que esos idiotas te vieron.
Ya no eras la niña enclenque que había estado moribunda pero tampoco podías pelear tan hábilmente como antes.
—¡Oye espera! ¡No queremos hacerte daño!
Los gritos seguían mientras corrían atrás de ti en una carrera frenética.
Ellos conocían mejor las instalaciones que tú y eso se vio cuando salieron dos hombres frete a ti paraste en seco antes de chocar con ellos.
Dos por delante y dos atrás, los guardias que patrullaban decidieron irse fingiendo que nada pasaba, era claro, nadie iba ayudar a la soldado de keves si no era su problema.
—¡Mira que correr por toda la ciudad!
Uno de ellos estaba evidentemente enojado.
Estabas preparada para volver a correr de ser necesario pero no veías fisura alguna para correr.
—Todos pensaran qué somos los malos y no queremos eso, solo queríamos hablar un poco.
Tu silencio fue tomado para que siguieran hablando.
—Dinos, ¿qué se siente que no hayas muerto con tus amigos?
Una sonrisa burlona se posó en sus labios, tu cuerpo se tensó, ellos querían hacerte daño pero pensabas que el ataque sería más físico.
—Por cierto, hay un chico... Su nombre es ¿Zack?
Al escuchar su nombre te sentiste culpable y realmente temiste, una risa te hizo volver a la realidad.
—Supongo que sería divertido ver que dice de ti.
Maldad, esas palabras fueran dichas con maldad para lastimar a Zack.
—¿Qué quieres de mí?
Te colocaste de pie, firme y aunque tus manos temblaban por furia te mostraste tranquila sin miedo ante ellos.
—Que respondas ciertas preguntas.
Su ser arrogante era evidente pero solo suspiraste y curaste los brazos desinteresadamente.
Si ellos eran arrogantes tú también podías serlo aunque terminaras mal parada.—¿Qué se siente perder a tus amigos?
Respiraste profundo.
—Lo mismo que ustedes a perder a sus compañeros, a decir verdad prefiero recordarlos con honor antes de mancillar su memoria con acusaciones a terceros.
Sí, estabas orgullosa de ser una Eximia que despedía a sus amigos, tenías un poco de pena por los ciudadanos, todos tenían su forma de despedir a los suyos así que estabas molesta por ese arranque de ellos.
—¿Te crees mejor que nosotros?
El que parecía ser su líder de iba a lanzar sobre ti evidentemente golpeándote, estabas preparada para aterrizar en el piso de una, de no ser por el elevador que se abrió dejando ver a la persona que seguía a Mónica.
—¿Qué hacen ustedes aquí?
Todos voltearon a ver al comandante y después a verte que estabas hecha bolita en el piso aprovechando el descuido de los soldados.
—¡¿Quién les ha dicho que hagan eso?! ¡Y se hacen llamar soldados! ¡Son una escoria, le diré al líder de lo que están haciendo y no crean que se quedarán sin consecuencias!
Todos los jóvenes parecieron palidecer en segundos comenzando a balbucea tonterías.
Que la reina te escuchara, agradecidas con todo tu corazón no haber terminado en el piso golpeada.
Estabas con un té caliente en lo que parecía una sala de conferencias.
—¿Estas bien? —era la cuarta vez que te preguntaba, su nombre era Travis, uno de los siguientes al mando después de Mónica.
—Sí gracias, de no ser por ti seguramente estaría en el hospital... si bien me hubiera ido.
—¿Por qué no mandaste un mensaje de auxilio a alguien?
Buena pregunta, Roxana te hubiera ayudado incluso él pero aun así no deseabas hacer eso.
—Me iré de la ciudad.
Soltaste sin pensarlo mucho.
—¿Qué?
Las palabras de Travis fueron solo un susurro desprevenido.
—Hay algo que quiero hacer antes de que mi tiempo termine, no quiero morir sabiendo que no hice mi trabajo.
Era una propuesta egoísta pero aun así existía sentimiento de arrepentimiento sobre tu propia historia, sonreíste cálidamente ante la idea.
—Yo... aún hay algo que deseo terminar, puede que muera en el proceso pero al menos deseo intentarlo.
Un suspiro atrajo tu atención, Travis parecía contrariado pero asintió ante tus palabras.
—Antes de irte deberías poner tus asuntos en orden.
Asuntos...
Claro que tenías asuntos que atender.
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La chica sin Iris
FanfictionSiempre pensaste que dar la vida en guerra era la única manera de vivir, las noches fueron frías y solitarias, todo lo en lo que creías se desvaneció durante esa última batalla, la única sobreviviente, la única que sabe la verdad. Tu surte puede cam...