. 。・IN MY DREAMS・。. Sonic movie/Shadonic

~CAPITULO 39~

A pesar de la actitud algo sospechosa de Shadow con todos en la familia, no era algo de lo que se preocuparan tanto, en realidad, les solía parecer tierna la manera en la que se esforzaba para mantenerlos a todos felices.

Se ofreció para ir a la veterinaria dos días seguidos durante todo el día y ayudar a cuántos animales pudiera.

Fue al taller del loco Carl a arreglar algunos artefactos que recientemente creó, dejo algunas indicaciones de como reparar las máquinas o mejorarlas (para que el anciano no se sintiera tan inútil) y ordenó el taller para como dos semanas de usó, esto con ayuda de Sonic quien gustoso hacia todo lo que Shadow le pedía con cariño.

Además de eso, logro ayudar a la señora Miller en la panadería, recibiendo como regalo un paquete de galletas de canela, decoradas con su rostro y corazones, una de esas lindas y deliciosas galletas tenían escritas un adorable "el rubí del pueblo", sin duda la señora era una virtuosa agradecida con los dos erizos.

Continuaron con repetitivos eventos de Shadow siendo tan servicial como se le permitía ser, por tres días así fue, por tres días se ofreció a todo lo que se presentaba por su camino.

Sonic después de esos tres días ya empezó a sospechar, de paso y sea por qué Shadow pensando que Sonic estaba dormido, lo acurrucaba en su pecho y lo abrazaba toda la noche, eso no le molestaba en lo más mínimo, es más, le encantaba dormir así, sin embargo sabía que Shadow no solo lo abrazaba, también empezaba a lloraba en silenció y lo acariciaba como pidiéndole o rogándole que se quedará junto a él.

Eso le partía el corazón a Sonic así que decidió hablar con el azabache para saber que demonios estaba pasando.

—Shadow...— Sonic observaba desde el sofá al azabache quien escribía concentrado en hojas de papel, a la primera no le hizo caso en absoluto
—¡Shadow!— levanto la voz y vio como el azabache guardaba en segundos las hojas en las que escribía.

—¡S-sonic! ¿Puedo ayudarte en algo?— preguntó para luego hacer como si nada apoyando su brazo derecho en la mesa de mármol.

Sonic le dió una ligera sonrisa para luego acercarse a él y hacer la gran pregunta —¿Estás bien? Te noto un poco más servicial de costumbre y comúnmente duermes tarde por ayudar a alguien o a algo— se acerco a la mesa y se sentó justo en frente de Shadow.

—Estoy bien Sonic, solo...ya sabes, es gratitud, me crearon para servir, obviamente para otras cosas, pero, pienso que si fuí creado para ello entonces debo hacerlo de la mejor manera— dijo ordenando los papeles y plumas que tenía a un lado —No te preocupes, estoy bien, no es nada de lo que te puedas alterar— mentía, le dolía con toda el alma mentirle al azul pero no podía hacer otra cosa más, era por su bien, era por el bien de todos.

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En el cuarto día, Shadow le pidió a Sonic que lo acompañará al pueblo para entregar algo y los dos fueron, Sonic llevo su mochila en la que el ezabache metió un cuaderno escrito a mano con muchas cartas.

Fueron a cada uno de los lugares a los que fue el azabache en esos días a ayudar, incluso a la veterinaria donde los dueños de las mascotas solían venir en ocasiones solo para conversar con el oji rubí.

Shadow sacaba en cada parada una carta escrita a mano, a todos los que pudo les hizo llegar sus cartas, al loco Carl, la señora Miller, señoras del asiló, a ese oficial de policía tan distraído, pero a todos los que tuvieron una amable convivencia con el, a todos les llegó una carta hecha con la más pura gratitud.

Eso sí, el azabache pidió que no la abrieran hasta el sábado, a lo que todos aceptaron, ¿Quien no? Es una bolita hermosa que les pide amablemente que cumplieran ese único requisito, era imposible negarse a tan buen habla y tan tiernos ojos.