── ⋆⋅Capítulo 13⋅⋆ ──

173 19 2
                                    

Tom

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Tom

El vuelo de Bill aterrizó hace treinta minutos, estoy en la puerta de embarque parado con Georg y Gustav que están igual o más ansiosos que yo de ver a mi hermano.

-¿Dónde se metió? -Georgina busca con su mirada por encima del control policial del aeropuerto.

-Conociendo a Bill hay dos opciones, se extravío o se quedó encerrado en los baños -sugiere Gustav.

Niego mirando con atención a cada persona que sale de desembarcar sus vuelos, quizá logre verlo, no es como que Bill pase desapercibido. Confieso que estoy muriendo de sueño, desde anoche no he podido pegar un ojo con respecto a la cena, mi hermano volviendo de Hamburgo, mi madre transitando una crisis emocional efusiva desde las cinco de la madrugada.

Literalmente se pasó toda la mañana corriendo muebles y decorando la casa.

-¿Lo alcanzan a ver? -pregunto bostezando.

-Nada aún.

Decido rendirme y dejar que Bill llegue a nosotros por su cuenta, el sueño me está matando. Me desplomo relajando todo el cuerpo cerrando los ojos un momento, los asientos de éste aeropuerto son bastante cómodos por suerte, siento como Georgina y Gustavo se sientan junto a mi. En caso de que se haya atrasado el vuelo en alguna escala o simplemente Bill se haya perdido allí adentro, estamos sentados justo en frente de la puerta de seguridad, nos verá sin problemas.

Dormitando mi cabeza divaga en los planes que tengo para hoy, primero llevar a mi hermano hasta casa, almorzaremos algo liviano con mamá y de allí al parque, a pedido de Bill haremos un picnic con los chicos, también Hailey. Para la noche reservé una mesa en Herl, necesitamos una dosis de sus pizzas y colesterol juntos otra vez.

-¡Despierta vagabundo!

Siento golpes en mis pies, despierto abrumado, en guardia. Con sus brazos cruzados y cara de cansancio mi hermano me observa molesto, se lo nota estresado por el viaje.

-¿Bill? -balbuceo aun dormido.

-No, Madonna -me patea una vez más-¡Despierta flojo!

Georg salta del asiento en cuanto se percata de la presencia de Bill, literalmente se le abalanzó casi tacleando a mi hermano que su reacción fue retroceder asustado, en el lapso en el que Georg se tira de clavado sobre Bill y éste se aleja, el pelilargo cae de rodillas al suelo causando un estruendoso ruido que llamó la atención de todo el mundo aquí.

-¡Dios mio, Georg! -Gustav cubre su boca mirando horrorizado el golpazo que se dio nuestro amigo.

-Acabas de fracturar tu rodilla en diez mil pedazos -arqueo mis cejas impresionado.

Love Is Dead |Tom Kaulitz|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora