── ⋆⋅Capítulo 19 ⋅⋆ ──

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-Me gusta tu habitación, es muy

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-Me gusta tu habitación, es muy...tú -Tom observa detalladamente cada rincón del cuarto.

-¿Muy yo?

-Si, es que hay partes donde miras y dices "Wow que sensación de frío" se ve como apagado pero hay otros rincones, como por ejemplo éste -camina hasta mi escritorio señalando las cosas que hay en ese sector -, que ves y dices "Qué reconfortante aquí se respira amor".

-¿Amor? -no puedo evitar contener la risa ante las cosas que dice.

-Tienes fotos con tus padres, bueno...omitimos al idiota de tu ex novio, que por cierto, deberías quemar esa foto -entorno mis ojos divertida -, hay fotos con personas que no conozco pero debes quererlas digo ¡Tienes fotos de ellas! Ésta parte de tu cuarto es más colorida, tiene otras vibras.

-¿Conclusión?

-Éste cuarto es muy tú, porque por momentos eres fría como el trasero de un pingüino y por otros caliente como sol de verano -sube y bajas su cejas.

-Caliente como sol de verano...eres tan romántico, un poeta contemporáneo.

-Soy el chico de las poesías.

Tom se acerca hasta mi cama sentándose al borde junto a mi, se queda en silencio escaneando mi rostro y haciendo muecas de concentración, por un momento me incomoda pero de todas formas le sostengo la mirada.

-¿Por qué llorabas? -pregunta de repente.

Mierda.

-¿Llorar? ¿Por qué lloraría? -río nerviosa.

-No lo sé, dímelo por algo te pregunto.

-Kaulitz estas paradonico.

-Paranoico -corre entrecerrados sus ojos.

-Bueno eso, no me corrijas.

Dejo caer mi cuerpo en la cama, no puedo evitar pensar que Carter me hará pagar muy caro todo esto, demonios tengo que buscar la manera de lograr que se vaya de Bakersfield. Desde un principio no debí llamarlo pero como soy estúpida me gusta meterme en líos grandes, todo por tratar de solucionar las cosas yo sola y a mi manera. Si Tom no hubiese venido por casualidad a casa, probablemente estaría pasando la noche mas terrorífica de mi vida.

-¿Estás bien, Miller? Te noto más callada de lo normal.

-Si, sólo tengo un poco de sueño.

-¿Quieres que nos acostemos? -lo miro con el ceño fruncido ante sus palabras, sé que hay química entre nosotros pero de ahí a ser tan brusco... -A dormir, chica de los patines.

-Si claro, dormir -lo molesto.

-Tú y yo vamos a dormir y solo dormir, no estoy aquí para ninguna otra cosa.

-¿No te atraigo lo suficiente? -me incorporo a su lado tirando mi cabello hacia atrás.

Tom se queda embobado viendo cómo me acerco lentamente a él, mi mano acaricia lentamente el contorno de su rostro y no puedo evitar sonreír al notar como se estremece con el tacto. El chico de las rastas me mira de una forma tan intensa que provoca fuego en mi interior, es como si al conectar nuestras miradas todo lo que nos rodea deja de existir, es sentir que quiero quedarme aquí eternamente con él m, sentir la mirada de sus ojos cafés mmes un privilegio y más cuándo me transmite tanta química. Comienzo a creer que no puedo evitar sentir un revoltijo de sentimientos cada vez que lo veo, es el maldito encanto de Tom Kaulitz.

Love Is Dead |Tom Kaulitz|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora