[En edición]
¿𝓢𝓸𝓷 𝓪𝓬𝓪𝓼𝓸 𝓮𝓵 𝓭𝓮𝓼𝓽𝓲𝓷𝓸 𝔂 𝓵𝓪𝓼 𝓬𝓪𝓼𝓾𝓪𝓵𝓲𝓭𝓪𝓭𝓮𝓼 𝓵𝓸 𝓶𝓲𝓼𝓶𝓸?
Una odisea difícil de atravesar embarcará a los personajes en un viaje dónde deberán aprender a confiar en el otro y dejarse guiar por sus insti...
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-¡Bien Miller, así se hace!
Los chicos vinieron a la pista conmigo para observar el entrenamiento, casualmente hoy es el día dónde más nos está exigiendo Joelin.
-Velocidad y resistencia, importante en este ejercicio -posa sus manos sobre mi hombro-, tengo que hablar contigo.
-¿Qué sucede?
-¿Dónde están tu representante y equipo técnico? Dijiste que contabas con ello -me mira severamente mi preparadora.
-Hablaré con Carter terminado el entrenamiento, estoy segura de que estará aquí en un abrir y cerrar de ojos -afirmo con seguridad.
-Recuerda que sin ellos no podrás participar de las regionales.
-Lo sé, Joe, no te preocupes.
-No me preocupa tu equipo, me preocupa perder mi tiempo. Tienes hasta el próximo entrenamiento para presentarme a tu equipo técnico, de lo contrario ya no calificas como competidora.
La madre de Caroline se marcha dejándome reflexiva ante sus palabras, debo llamar urgentemente a Carter si quiero competir éste año, solo espero que esté dispuesto a tomar el riesgo junto conmigo y me impulse a por fin poder convertirme en una profesional en el deporte que amo.
Me preparo para seguir entrenando figuras deslizándome rápidamente a una esquina de la enorme pista de hielo, antes de iniciar hago una serie de respiraciones para poder concentrarme y comienzo a practicar las figuras. Circunferencias seguidas de saltos cortos, patinaje lineal y zigzag son algunas de las técnicas que ya domino, mi axel está bien pero falta pulirlo bastante si quiero lograr una aterrizaje magnífico y un despegue perfecto.
Tomo velocidad en línea recta y, cuando estoy por clavar la punta de la cuchilla de mi patin para alcanzar altura en el salto, Caroline se entromete en mi camino empujándome de cara al suelo.
-Oye ¿Qué te pasa? -grito desde el suelo adolorida por el golpe.
-Aprende a no salirte de tu línea, idiota -se burla de mi.
-¡Estoy en línea recta, tú te metiste en mi camino! -me siento sobre mis talones chequeando que mis muñecas no estén heridas-¡Pudiste hacerme daño, loca!
-¿Más del que tu me hiciste? No creo, Miller.
-¿Qué te hice? -frunzo mi ceño observándola reprimiendo mis ganas de saltarle al cuello y matarla.
-¿Tom? -me recuerda.
Demonios, no tengo tiempo para estas estupideces. Puedo entender el dolor de que tú novio te cambie por otra, lo estoy viviendo en carne propia, pero yo no le quité nada a Caroline. En todo caso el estúpido fue Tom por dejarla y luego correr detrás de mi aunque seamos amigos, entiendo que por la confianza que nos tenemos y el trato que hay entre nosotros se puede mal interpretar nuestro vínculo, pero somos amigos. Llevo repitiendo eso desde aquella charla en su auto luego de la cena, si quiero evitarme más problemas debo entender que sólo seremos amigos y, además, no tengo tiempo para estos enredos de "triángulo amoroso".
