[En edición]
¿𝓢𝓸𝓷 𝓪𝓬𝓪𝓼𝓸 𝓮𝓵 𝓭𝓮𝓼𝓽𝓲𝓷𝓸 𝔂 𝓵𝓪𝓼 𝓬𝓪𝓼𝓾𝓪𝓵𝓲𝓭𝓪𝓭𝓮𝓼 𝓵𝓸 𝓶𝓲𝓼𝓶𝓸?
Una odisea difícil de atravesar embarcará a los personajes en un viaje dónde deberán aprender a confiar en el otro y dejarse guiar por sus insti...
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Maratón 3/3
—¿Cariño estas lista? —pregunta papá tras abrir la puerta de mi habitación.
—Si, vamos.
Me puse bastante abrigo ya que las madrugadas de invierno aquí soy muy crudas, si bien estoy acostumbrada al frío no quiero enfermarme por no usar suficiente ropa abrigada. Salgo de mi habitación caminando detrás de mi padre, el me tiende un termo de café grande y dos tazas para que lleve y tomar en el camino, será un largo viaje.
—Hailey, el cinturón —regaña antes de encender el auto.
Ya listo todo para ir en busca de mi madre nos aventuramos en las frías calles de de la ciudad, no hay un solo alma rondando ya que no solo es tarde sino que hace un frío endemoniado, normal que todos estén dentro de la comodidad de sus casas durmiendo calentitos.
—¿Sucede algo con los chicos? —pregunta papá para romper un poco con el silencio, al ver que me remuevo incómoda sin contestar a su pregunta insiste —Háblame un poco, pequeño monstruo, tu trabajo aquí no sólo es beber café y verte bonita. Si me duermo al volante tendremos un enorme problema.
—No sucede nada con los chicos puntualmente —me encojo de hombros.
—Ajá... y con quién sí pasa algo puntualmente.
—Con... con Tom.
—Cuéntame.
Lo pongo al día con el conflicto que estamos atravesando, el beso que nos dimos, sus palabras bonitas y como desde que me conoció no ha hecho otra cosa que usarme y verme la cara de estúpida.
—Hija, estoy confundido —me mira con el entrecejo fruncido —, si todo esto que ustedes vivieron fue sólo una..."patraña" de Tom ¿Por qué se expuso tanto?
—¿De qué hablas?
—Digo, por lógica si él sólo te estuvo usando jamás hubiera roto con su ex novia, ni se hubiera atrevido a tocar la puerta de casa para cenar con nosotros y tratar de agradarle a Sandie, tampoco hubiese ido a la pista para alentarte en el festival de otoño... —divaga entre las acciones del chico de rastas —a lo que voy; si todo fue una mentira ¿Por qué exponerse así?
—No lo sé, los hombres son todos iguales de mentirosos, fíjate en Austin sino.
—Austin es un estúpido, no un hombre. Cariño, creo que estás juzgando mal a Tom...
—¿Ahora lo defiendes? —río sirviendo café.
—No es por defenderlo, creo que todo esto es un mal entendido.
Mal entendido o no él la besó, no hay otra explicación a lo que vi, o bueno, si la hay tampoco quiero oírla. Estoy cansada de ser la tonta que todos usan, no hay una sola persona a excepción de mi padre que piense "Quizá esto le moleste a Hailey" o "Quizá esto le haga daño y no quiero que eso suceda", Tom no pensó en mí cuándo estaba besándola ¿Por qué yo debería pensar en él?
