Capítulo 13.1

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—¿No vendrá? —preguntó Eloís al encontrarse con Jace.

   —Me echó de su habitación —explicó Dálaras—. Creo que fue un "no" en letra mayúscula... 

   Eloís no hizo mueca alguna, estaba bastante preocupada por Estéfano.

   —Hey, no le des más vueltas. Siempre ha estado bien y lo seguirá estando... —dijo Jace, tratando de disuadirla, pues notó la preocupación en el rostro de ella.

   Sin embargo, Eloís no pudo "dejar de darle vueltas". Ella tenía prohibido el ingreso al Ala de los grandes; sin embargo, eso no fue impedimento para que buscara a Estéfano.

   Siguiendo a una de las mucamas, pasó sin que nadie la viera. Tras el gran arco de la entrada se encontraban unos escalones recubiertos de azulejos que llevaban a los apartados de cada familia.

   Subió a toda prisa y, tras una inspección rápida, localizó el apartado de la familia Di Génova. Corrió hacia la puerta; pero, minutos antes de lograr su cometido, alguien la detuvo tomándola por el antebrazo.

   —Creí que los gobernantes hacían las reglas, no que las rompían —dijo León, quien la había visto llegar .

   —Primero, es una regla absurda y segundo, ¿qué acaso no te preocupa? 

   —Llevo años viviendo con Di Génova; créeme, cuando termine la semana de exámenes volverá a ser él mismo.

   —Pero no ha salido en días... ¿Acaso su padre no sabe nada?

   —Es... complicado.

   —No me importa, intentaré hablar con él. Tengo un mal presentimiento.

   —No lo harás sin una llave —le dijo León, cruzándose de brazos.

   —Tocaré como una persona normal.

   —¿En serio crees que oirá?

   —Al menos...

   Eloís detuvo su sermón cuando vio a León sacar una llave debajo del macetero que adornaba la entrada.

    —Te prometo que todo esto es en vano... —dijo León, insertando la llave en la cerradura—. Pero dejaré que lo compruebes por tu cuenta. —Abrió la puerta dejándola pasar primero.

   Dentro, todo era armonioso y ordenado. Una amplia sala recibía a los invitados, los muebles beige y ubicados de manera precisa para que hubiera simetría, paredes blancas y cuadros ordenados del más pequeño al más grande.

   A la derecha de la entrada se reservaba una pared exclusivamente para condecoraciones y trofeos. "Ernesto Di Génova": se leía en muchas de las inscripciones y otro tanto de premios llevaban el nombre de Estéfano.

   Eloís se estaba acercando a dichos premios cuando León le recordó el motivo de su inesperada visita.

   El joven señaló una puerta al final del pasillo, era la habitación de Estéfano. Un poco dubitativa, Eloís fue hasta allá.

   —¿Qué esperas? —dijo León, al ver que Eloís estaba inmóvil frente a la puerta.

   —¿Crees que se pueda enojar...? —preguntó la princesa, quien comenzaba a retractarse. Sin embargo, no tuvo la oportunidad: sin darle tiempo, León se acercó y tocó la puerta frenéticamente.

   —Tarde, no hay vuelta atrás. —Se cruzó de brazos, ignorando el gesto de espantó que traía Eloís.

   Pasó un rato, pero nadie contestó a pesar de lo ruidoso del golpe .

Los cuatro de Monarca ©️ [U EDICIÓN WATTPAD]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora