Capítulo 2.2 - El reino de los Amarilis

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Monarca parecía sacada de un libro de cuentos.

   Eloís no pudo evitar quedar boquiabierta con cada paisaje que se le presentaba. Era como si modernidad y pasado danzaran sin alterar sus esencias. Investigación y desarrollo eran las palabras que más se repetían en los panfletos turísticos. Además de "fraternal", que siempre iba acompañando a aquellos párrafos que hablaban de los ciudadanos.

Le pareció curioso que los transeúntes miraran la carroza como si se tratara de un auto cualquiera; incluso podía jurar que dos de cada diez miradas eran rencorosas, sentía que le atravesaban el pecho.

   Había investigado un poco de sobre los Valenti antes del viaje; los conocían como la dinastía más longeva, pues se decía que, incluso antes de que fueran una monarquía, los Valenti (derivado de "Valenteu", palabra que significaba "Valeroso" en el idioma de los antiguos monarquinos) habían estado a la cabeza. Los ciudadanos y los Valenti tenían una relación sinérgica y de respeto.

«Bueno, hasta lo de mi abuelo...», reflexionó Eloís.

   De pronto, por la ventanilla se presentó una fortaleza color mármol, de columnas almendradas con "diamantes de ámbar" incrustados en ellas. Al rededor, unos abedules y jardines repletos de una flor peculiar. Todo detrás de una barrera de rejas que se abría para dar pase a la tan mencionada heredera.

   El vehículo por fin se detuvo frente a la puerta principal. Ella, por costumbre, abrió la puerta por su cuenta ante la confusión del chófer y bajó emocionada. Cual imán, el brillante escudo que adornaba la entrada atrapó su interés.

—Bellísimo ¿verdad? —dijo un caballero que se asomaba por la puerta para recibirla—

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—Bellísimo ¿verdad? —dijo un caballero que se asomaba por la puerta para recibirla—. Es el escudo de Monarca. La flor de Amarilis, esa que de seguro has visto por todo el reino, simboliza el honor. La golondrina: la constancia y la espada el valor. Todo aquello en lo que Monarca cree —explicó el hombre, con el orgullo brillando en sus ojos.

—El significado le da el toque... —Ella esbozó una sonrisa.

   —Lo instauró su bisabuelo; antes era una flor de lis con el mismo significado de muchas otras...

   Eloís despertó de su ensoñación tras darse cuenta de que se había olvidado de saludar a su anfitrión.

   —Lo lamento mucho, soy...

   —La princesa Eloís Amalia Valenti, princesa de Monarca y futura reina —completó el hombre.

   —Oh no, no por favor. Solo dígame Eloís... Esos títulos no son míos... No me nombraron princesa y ni siquiera sé si seré la reina — Rio.

   —Sin embargo, son los que le corresponden por ahora y, así no sea oficial, es mi deber dirigirme así a usted.

   —Bien, no es mi intención interferir con su deber —aceptó, algo incómoda—. Ahora, dígame: ¿cómo me dirijo a usted?

Los cuatro de Monarca ©️ [U EDICIÓN WATTPAD]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora