Coffee&Mint (SanSang)

Frío amor.

~•POV San.•~

Dolía demasiado el hecho de tener que dejar solo a su pequeño, aquella fría madrugada debido a un mensaje de confirmación de la tan esperada transacción que se había planeado durante casi un mes, que finalmente se llevaría a cabo, Era una exportación de mercancía disfrazada de electrodomésticos y artículos de uso diario, que se apilaban en grandes cantidades en contenedores que serían enviados en barco.

Debía estar presente en el almacén cerca del puerto, pues antes de dar la salida del barco vería al socio encargado de la distribución en Singapur.

- Volveré antes del amanecer. -susurró depositando un pequeño beso en la frente del Yeosang, tomando su americana y pertenencias para salir pronto montando su vehículo con dirección al puerto.-

Al llegar a dicho lugar el movimiento era constante, gente en montacargas apilando los últimos productos en los contenedores y algunos más llevando el conteo, del cual entregaron dicho documento con todo el contenido de aquella embarcación. Al paso de los minutos una figura de la misma medida de San apareció frente a él, saludándolo respetuosamente; Lee SooHyuk era el encargado del comercio de drogas en Singapur.

El trato y manejo de mercancía habían sido aclarados al igual que el pago de dicha mercancía en el tiempo determinado, estrecharon sus manos concluyendo así el trato. Pero esa noche cambió en instantes pues al zarpar el barco, un fuerte dolor acompañado de ardor inundó el brazo de San; la sangre comenzó a brotar de aquella herida, de la cual hizo omiso, tomó el arma corta que portaba en su espalda baja abriendo fuego ante aquellos intrusos y siguiendo a Mingi hasta el vehículo saliendo de aquel lugar lo más pronto posible.

Puso marcha atravesando la pequeña ciudad entrando en los grandes follajes del bosque donde San dirigía los impactos a los enemigos que se acercaban y que les habían perseguido en todo el camino, así logrando volcar uno de los vehículos provocando una colisión que les dio tiempo para desaparecer de la vista de aquellas personas. Al llegar al punto de la casa de seguridad, se deshicieron del vehículo así como de sus móviles, refugiándose en ésta.

- Finalmente estamos a salvo. -San inhaló una gran bocanada de aire dejándose caer en el sofá un momento, intentando retomar su compostura.-

- ¡San! Tu brazo. -Rápidamente Mingi alcanzó el botiquín, ayudando al castaño a sacarse la americana.-

- Nisiquiera lo recordaba - Negó un par de veces y miró al más alto quien sólo le ayudó a limpiar la herida. - Vamos no es tan grave. -tomó las pinzas hemostáticas sacando la ojiva de bala, soltando un sonoro quejido.- Listo, no es nada del otro mundo.

-Mingi soltó una leve risa negando con la cabeza mientras limpiaba la lesion de su amigo.- Estás muy loco, San. -Suturó aquella herida, colocando algunas gasas y vendas para detener el ligero sangrado sangrado.-

Después de aquel suceso, los días pasaron. Los ánimos del castaño disminuían al igual que su apetito debido a las ligeras náuseas y mareos que aparecían en el transcurso del día, lo cuál comenzaba a preocupar a su amigo, puesto que el más alto temía que fuera alguna infección debido a la herida.

- San, ¿Estás bien? -Colocó los platos frente a ellos entregando los cubiertos.-

- Estoy bien, no te preocupes. -restaba importancia a sus malestares, pues solo podía pensar en su pequeño pelinegro.-

- Debemos encontrar una manera de salir de aquí -tomó un bocado, observando a su alrededor.- Yeosang debe estar muy preocupado por ti.

-El castaño suspiro dejando de lado su plato, ya que las nauseas habían aparecido nuevamente.- Lo se, Mingi, yo también estoy preocupado por él.