Ghosting.

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La tarde pasó tranquila, entre platicas y la merienda que el par de mayores habían preparado para todos. Un distraído Yeosang que disfrutaba del dulce sabor de los chocolates, para evitar el contacto con San quién constantemente le asistía y daba caricias a su vientre, cabello y espalda. Siempre atento a lo que fuese a necesitar, lo cual terminaba por abrumar un poco al pelinegro.

- Es hora de irnos Sangie. - Las palabras del rubio captaron la atención de todos en especial del castaño.- Terminaremos de limpiar nosotros. - Repartió los deberes entre los presentes poniéndose de pie.

- ¡San! Deberías llevar a Yeosang a la habitación - Señaló las escaleras, un preocupado Hongjoong.- Llévalo en brazos, son muchas escaleras y no puede hacer tanto esfuerzo.

- No se preocupen, yo cuidaré de ellos. - El castaño tomó la mano de su amado colándola tras su espalda, sujetándolo entre sus brazos.- No se vayan sin antes despedirse del cachorro. - Giró sobre sí mismo subiendo las escaleras, posando al menor sobre la cama.- ¿Estás bien? ¿Necesitas algo?

Un pequeño sonrojo apareció en las mejillas del pelinegro mirando hacia el clóset.- Debería darme una ducha, ¿puedes ayudarme con eso?

- En ese caso, desvístete en lo que vuelvo - Depositó un ligero beso en su frente entrando al baño, llenando la tina de agua caliente para el menor.- ¡Vamos! -Nuevamente lo tomó en brazos llevándolo a la tina y dejándolo en esta poco a poco.- ¿Está bien?

- ¡Mmhg! -Fue el único sonido que dirigió al castaño clavando su vista a su vientre.-

Se sentía avergonzado, habían pasado meses desde la última vez que San lo había visto desnudo además que ahora su abultado vientre era más notorio dándole una vista totalmente diferente a su cuerpo, su mente divagaba sobre seguir con aquella mentira o dejar de fingir la amnesia, aunque probablemente ambas opciones eran crueles y harían que San se molestara si sabía la verdad. Pero de algo estaba convencido, hacerlo pagar por haberlo dejado solo durante tanto tiempo y ocultarle todo sobre su trabajo, parecía justo.

Los pensamientos desaparecieron con el tacto de la esponja que frotaba el castaño sobre su piel dirigiendo su vista a ésta, notando como el castaño se encargaba de lavarlo por completo.

Al terminar, lo ayudó a ponerse de pie quitando todo residuo de jabón de su cuerpo con la ducha de mano, le envolvió con la bata, llevándolo nuevamente hasta la cama, donde lo asistió en secar su cuerpo con calma, y cuidado, incluso a detalle, aprovechando también en regalarle alguna que otra caricia en el proceso antes de seguir el pijama. Pronto alcanzó una secadora de cabello para encargarse de dejarle más cómodo para que pudiera descansar.

La hora de dormir había llegado. Seonghwa se había encargado de cubrir bien a Yeosang con la manta para que su vientre se mantuviera caliente.

Dio algunas leves palmadas al hombro del castaño, llevando a rastras a un molesto pelirrojo que se negaba a dejar a su amigo con el alfa.
Todos salieron de aquella habitación y al estar completamente solos, un incómodo silencio se hizo presente entre la pareja. No fue hasta que el mayor decidió hablar.

- Dormiré en el sofá. - Señaló el mueble en la habitación.- Así podrás descansar tranquilamente. -Sonrió yendo en dirección al clóset.-

Tomó algunas sábanas y un edredón para hacerlo más cómodo, al cabo de unos minutos se dejaron caer ante los encantos de la noche centrándose en un profundo sueño que ambos compartían.

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En el camino de regreso, un confundido Hongjoong se ofreció a acompañar al rubio hasta su casa para que le explicará la situación de aquella amnesia, puesto que estaba seguro que Yeosang no sufría nada de eso porque recordaba muy bien a su amigo.

Coffee&Mint (SanSang)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora