Coffee&Mint (SanSang)

Unión de almas...

San se sentó en una silla, con su hijo en brazos, y comenzó a llorar de nuevo. Lloró por Yeosang, por su hijo, por su familia que se había roto. Pero mientras lloraba, sintió una sensación de determinación. Iba a hacer que Yeosang estuviera orgulloso de él. Iba a criar a su hijo para que fuera fuerte y valiente, como su padre. E iba a asegurarse de que nunca olvidara a Yeosang, el hombre que había cambiado su vida para siempre.

Han pasado dos meses desde que Yeosang se fue. El dolor sigue siendo intenso para él castaño, pero ha aprendido a vivir con él. Se ha enfocado en criar a su hijo, en darle todo el amor y la atención que necesita. Ha empezado a volver a la normalidad, poco a poco. Ha regresado al trabajo, ha empezado a salir con amigos de nuevo. Pero siempre hay un vacío, un recuerdo constante de lo que perdió.

Su hijo ha empezado a hablar, y dice "papá" todo el tiempo. Le duele no poder decirle que su padre está aquí, que está con ellos. Pero le cuenta historias de su amado, le muestra fotos y videos. Quiere que sepa quién fue su padre, qué tipo de persona era.

Ha empezado a escribir un diario, para Yeosang. Le escribe sobre su hijo, sobre cómo crece y cambia cada día. Le escribe sobre sus sentimientos, sobre el dolor y la tristeza que siente. Le escribe sobre cómo lo extraña, sobre cómo desearía que estuviera aquí con él.

No sabe si algún día podrá superar la pérdida del amor de su vida. Pero sabe que debe seguir adelante, por su hijo, por sí mismo. Debe encontrar la forma de vivir sin él, pero con el recuerdo de él siempre en su corazón.

Desde la muerte de Yeosang una marca en forma de corazón apareció sobre su pecho, era un recordatorio constante de su conexión con el pelinegro. Como alfa, no podía vivir sin su omega, y la marca era la prueba de eso. Sin Yeosang, se sentía incompleto, como si una parte de él hubiera desaparecido. Intentó seguir adelante, criar a su hijo y vivir su vida sin el. Pero la marca le recordaba constantemente que no era posible.

Se sentía débil, vulnerable, sin su omega para protegerlo y cuidarlo. Empezó a buscar una forma de romper la marca, de liberarse de la conexión que los unía. Pero no había forma, era permanente, un recordatorio de la unión que habían compartido.

Se sintió atrapado, sin salida. Sin Yeosang, no podía vivir, pero con la marca, no podía dejar de sentir su ausencia. Se sintió como un animal herido, sin saber cómo escapar del dolor que lo consumía.

Sus amigos se reunieron a su alrededor, preocupados por su estado. Wooyoung le tomó la mano, Seonghwa le puso una mano en el hombro y Hongjoong lo miró con una expresión de preocupación.

— San, tienes que comer algo. -Le dijo el pelorojo.- No has comido en días.

— No puedo. -respondió débilmente.- La marca me duele demasiado.

-Seonghwa frunció el ceño.- ¿Qué podemos hacer para ayudarte? 

-Hongjoong se levantó y se dirigió a la cocina.- Voy a preparar algo de comida. Tal vez eso te ayude.

Pero él sabía que no era solo la comida lo que necesitaba. Necesitaba a Yeosang, su omega, su pareja. Sin él, se sentía perdido y débil. Su bebé comenzó a llorar en su cuna y Wooyoung se levantó para calmarlo.

— No te preocupes, San. Estamos aquí para ti y para el bebé. -Tomo al pequeño en sus brazos meciendolo para calmarlo.-

Pero él se sentía como un fracaso. No podía cuidar de su bebé, no podía cuidar de sí mismo. La marca lo estaba consumiendo, lo estaba matando lentamente. Seonghwa se sentó a su lado y le puso una mano en la espalda.

— San, tenemos que encontrar una forma de romper la marca. No podemos perderte. -Trato de animarlo mirando su estado.-

Asintió débilmente, sabiendo que tenía razón. Pero ¿cómo podía romper la marca si Yeosang ya no estaba con él? ¿Cómo podía vivir sin él?