3. Comunicado de prensa.

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Mi pizarra blanca seguía inalterable. Pensé durante horas otra posible causa sin llegar a ningún resultado. Luego de un tiempo sin poder avanzar, comencé a imaginar tonterías. Justo cuando comenzaba a quedarme dormido, el sonido del teléfono me alertó.

No tenía registrado el número, una condición obligatoria para aceptar llamadas, por lo que dejé el teléfono sobre el escritorio y me dispuse a dirigirme a la cocina antes de que mi estómago rugiera por la falta de comida.

El teléfono volvió a sonar y de pronto recordé lo que me había dicho el profesor sobre el aniversario del descubrimiento de mis padres.

Regresé sobre mis pasos, tomé el teléfono, rechacé la llamada y antes de encontrar el número del que había sido mi tutor y ahora era mi conexión con el resto del mundo, recibí una nueva alerta de llamada entrante, esta vez proveniente de la persona a quien quería contactar: Rally.

- ¡Buenos días, niñito! – saludó con su tono de voz efusivo.

- Hola, estaba a punto de llamarte.

- ¡Sí, claro! - se quejó - Nunca me llamas a menos que tu culo se encuentre en problemas.

- No es cierto, te llamo siempre. – expresé sintiendo nostalgia por volverlo a escuchar.


El hombre al otro lado de la línea rio y luego dijo con pesar:

- Hay varias entrevistas, lo lamento.

- ¿Varias son más de tres? – interrogué con temor.

- Varias son más de ocho.

- ¡¿Ocho?! ¿Por qué tantas? El año pasado fueron solamente dos. – me quejé intentando no mostrarme tan sorprendido.

- No lo sé... tal vez se deba a que ayer, tu nombre estuvo en boca de todos por un misterioso incidente en la Facultad Nacional. ¿Qué ocurrió, criatura?

Puse el teléfono en alta voz mientras corría a la otra esquina del laboratorio hacia la computadora más cercana. No tuve que indagar mucho para ver la noticia en un portal informativo... no tan informativo, más dedicado a la prensa rosa o amarilla.

- ¿Sigues ahí? – preguntó Rally.

- Aquí sigo... – mencioné sin poder evitar sentirme abatido.

- No te deprimas... la publicidad es buena, solo tenemos que redirigirla. Recuerda que tu objetivo principal es mantener visible el trabajo de tus padres.

Mantener vigente el nombre de mis padres era mi actividad principal, no podía quejarme de la atención de la prensa. Sabía que la exposición los protegía.

- Lo sé, Rally. Lamento que no se enfoque en lo realmente importante. – me disculpé.

- Estoy seguro que podrás manejarlo. ¿Verdad?

- Si, lo haré. – pronuncié un poco más confiado.

- Bien... eres un buen chico.

Rally permaneció en silencio unos minutos y luego dijo:

- ¿Leíste el comunicado que presentó la familia de la estudiante involucrada?

- ¡¿Comunicado?! – repetí.

Volví sobre la noticia y efectivamente hallé el comunicado de prensa que la familia de Agatha presentó. Antes de que comenzara a leerlo escuché a Rally diciendo:

CORONA DE SANGRE (Parte 1: "Sin Omega")Donde viven las historias. Descúbrelo ahora