Rally me llamó por la mañana, había encontrado guardaespaldas. No pude ocultar mi emoción, unos guardaespaldas no solo significaban más seguridad, sino que enviaban un mensaje de tranquilidad a mis padres que siempre me pedían que los aceptara.
Me senté en el jardín a las espera de Rally con mis nuevos guardaespaldas mientras leía un libro.
Afortunadamente, la espera fue breve, cuando terminé de dar el tercer sorbo a mi taza de té, escuché como se detenía un vehículo en la puerta de mi residencia.
Me apresuré a conceder el acceso de entrada y me llevé la sorpresa de mi vida: detrás de Rally ocho individuos descendían de una camioneta. Volví a contarlos después de perder el equilibrio a causa de la impresión que me causó ver ese ejército.
- Muy buenos días, criatura. - saludó Rally, bajando del vehículo.
- Muy días buenos - respondí torpemente mezclando el orden de las palabras.
Rally rio e ingresó a mi hogar apartando mi cuerpo hincado sobre el cemento que bloqueaba en camino a la puerta de la casa principal.
- Ellos son tus nuevos guardaespaldas. - Anunció mientras el conjunto de individuos lo seguía y formaba una fila en la entrada a la casa principal, y de esa forma mató mis ilusiones de una selección final.
Las palabras de Rally solo me confirmaban que todos esos individuos ya habían sido contratados. Era una vil trampa, ya que ese señor, al que le había confiado mi seguridad, se aprovechaba de mi incapacidad de despedir empleados. Derrotado me aproximé al grupo y con una reverencia, los saludé.
Rally me presentó a todos, el numeroso conjunto estaba conformado por dos mujeres y cinco hombres todos enfundados en traje negro con camisa blanca.
- Preséntate, criatura - dijo Rally, empujándome al frente del grupo.
- Buenos días a todos, yo soy NuNew Chawarin Perdpiriyawong French. Actualmente vivo en esta residencia, sin embargo viajo con regularidad, por lo que tendrán que acompañarme a otros lugares en diferentes países. - dije sacando la última carta que me quedaba, esperando que varios de ellos encontraran complicado el trabajo y decidieran por su propia cuenta, abandonarme.
Todos se inclinaron pero ninguno mostró algún signo de sorpresa o contrariedad.
- Criatura... ellos ya fueron comunicados sobre tus actividades, sus obligaciones y las condiciones del trabajo y todos las aceptaron.- me dedicó Rally entendiendo mi comentario.
Sonreí pero realmente quería lanzarle una mirada furibunda.
- ¿Puedes decirle tus propias condiciones? - pidió Rally ante el incómodo silencio, pero al ver mi reacción, decidió saludar y despedirse dejándome solo con estos ocho desconocidos.
Cuando Rally partió me sentí un poco más aliviado, las instrucciones que esperaba dar no necesariamente debían ser escuchadas por él.
La condición más importante era que no me atacaran, por lo que me alegró saber que ninguno de ellos saltó hacia mí. Sin embargo, había previsto esa situación y llevaba puesto mi repelente.
- Actualmente me encuentro realizando un experimento por lo que sentirán sobre mí un aroma peculiar, espero que puedan adaptarse a mi olor. También les suplico que constantemente comprueben que ese olor siga impregnado en mi, en caso contrario deben hacérmelo saber.
Todos asintieron y esperaron mis próximas palabras:
- Hay algunas reglas que me gustaría que siguieran; primero el acceso a la casa principal está prohibido...
Esperaba que todos lo entendieran.
- Sé que esto no es habitual, pero en la casa existen químicos, virus e incluso sustancias tóxicas que pueden ser peligrosas para quienes no la sepan manipular. Les sugiero que tengan cuidado con todo eso... Detrás de la casa principal hay una casa secundaria que en breve será habilitada para que puedan descansar y dormir allí. Por el momento, se encontraran algo apretados porque no sabía que me encontraría con ocho personas, pero es un lugar cómodo y pronto será ampliado.
Tomé aire y recorrí con la vista a cada uno de sus rostros y me alegro saber que todos me escuchaban atentamente.
- También tengo una regla imperativa: no deben ingresar alfas a esta casa, el motivo es simple: estoy llevando a cabo un experimento y por el momento debo evitar a los alfas.
Miré con atención sus expresiones y aunque algunos fruncieron ligeramente las cejas, ninguno protestó:
- Esto implica que ningún empleado que llegue a la casa, ya sea repartidor, cartero, vendedor o visitante, debe ser alfa. Les daré un listado de las personas que pueden ingresar, quien no esté en la lista, no ingresa. Si encuentran algún tipo de resistencia por parte de algún "visitante inesperado", llamen a la policía. ¿Alguien tiene preguntas?
- Yo tengo una consulta, señor Perdpiriyawong. - dijo el más alto del grupo.
- Si, dime.
- ¿Ha sufrido ataques anteriormente?
El silencio se hizo sentir, una pregunta directa que me llevó más de un segundo responder.
- Sí
- ¿De alfas?
- No solo de alfas - respondí incluyendo algunos ataques del pasado.
- Son comunes los ataques sobre su persona.
- No lo son.
El joven permaneció en silencio tratando de procesar la información recibida.
- ¿Creen que pueden con el trabajo? - pregunté sin ánimos de ofender a alguien.
Recorrí con la mirada cada una de las caras que me enfrentaban y al unísono se escuchó una respuesta afirmativa.
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CORONA DE SANGRE (Parte 1: "Sin Omega")
FanfictionMis padres cortaron el lazo con la hoja de una cuchilla, pero hay alguien detrás de mí. ¿Será el indicado?