13. El experto.

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(Dedicado a @marcii76 , un gran pilar en todas mis historias. ¡Nunca cambies!)


Analicé con detenimiento el tono de su voz, se escuchaba agitado y las palabras se oían atropelladamente.

- ¡¿Qué ocurre?! - Le pregunté sin pensar.

El alfa hizo silencio y un molesto hormigueo en las manos me desesperó, por lo que dije:

- Dime...

Entonces, el señor Panich me interrumpió para agregar:

- Estoy en Moscú intentando cerrar un negocio con una farmacéutica rusa, pero me ofrecen un nuevo producto del cual no hay información en el mercado y quisiera la opinión de un experto...

Suspiré con algo de alivio, pensando que se trataba de algo serio. Sin embargo, el hombre se atrevía a molestarme por algo tan trivial como el cierre de un negocio.

- ¿Te refieres a mí como "el experto"? - pregunté con ironía. Sabía muy bien que nadie podía compararse conmigo en ese campo, era experto en fármacos y químicos. Mi opinión era valorada a nivel mundial.

- Si, eres el mejor. - expresó con seguridad.

Al menos, él lo reconocía abiertamente... yo era el mejor, no había duda de ello.

- ¡Ayúdame, por favor! - pidió con urgencia.

A menudo yo mismo, solía compararme con objetos y lo atribuía a mi gran amistad con el señor Cachetes pero al oír las palabras de ese alfa, me sentí como una guitarra cuya cuerda más aguda era tocada por primera vez. No pude comprender esa extraña sensación, pero era lo más cercano que se me ocurría: una guitarra tocada por primera vez.

- No puedo salir del país... - Murmuré pero realmente no era así, solo quería escucharlo rogar.- Tendrás que enviarme los documentos.

Sin embargo el alfa hizo silencio, un silencio que me provocó incertidumbre. ¿Y si necesitaba al experto allí? ¿Y si mis palabras fueron muy rudas y él estaba arrepintiéndose de pedir mi ayuda?

- ¿Es eso posible? - pregunté indeciso, intentando no parecer desesperado pero tratando de mantener mi orgullo.

- ¡Sí! - respondió - Te enviaré los documentos.


Desilusión.


Él no me rogó y tampoco se enojó, solo aceptó lo que dije. Me sentí contrariado.

- De acuerdo. - concluí y la llamada terminó.

Al cabo de un tiempo volví a mirar el teléfono sin descubrir ningún mensaje suyo. Camine por la casa, salí a regar las plantas a pesar de que los rociadores automáticos ya lo habían hecho y cuando regresé, encontré un archivo que su secretaria, me había enviado:


"Buenos tardes, soy Lois Hammel, asistente del señor Zee Pruk Panich. Le enviaré un archivo con los datos de SATURFAZ OBLITERON, el fármaco en análisis".


Abrí el archivo, leí el texto que contenía y sin darme cuenta regresé al lugar que creí cerrado para siempre: mi laboratorio.


Trabajé sin parar, el fármaco ofrecía un sinfín de beneficios a la salud, pero su aplicación principal se limitaría a potenciar la fertilidad en betas machos infértiles. Enfoqué mi análisis en el número de sujetos de prueba y me alarmó saber que la droga solo había sido probada en menos de diez individuos. Los resultados de las pruebas volcados en los informes finales, se enfocaban en destacar las evaluaciones realizadas en animales cuyo número de sujetos de prueba era superior a la media. Dicho de otro modo: los resultados positivos eran de pruebas en animales.

CORONA DE SANGRE (Parte 1: "Sin Omega")Donde viven las historias. Descúbrelo ahora