Constelaciones

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Eduardo: Affaire no sería la palabra correcta, compartimos la cama algunas veces.

Julia: Lo sé, ¿y qué sentiste cuando la viste con el profesor Antonio?

Eduardo: Que he pasado página, estoy contigo y eso me basta. - La acercó y la besó deliciosamente, acabando con cualquier duda que pudiera existir entre ellos.

Julia: Me ha gustado, de verdad. Venga, vamos a tomar un café. - ella le cogió de la mano y se fueron a la cafetería del pueblo.

Eduardo y Julia pasaron una tarde muy agradable, pasearon, fueron al parque de atracciones, él le ganó un oso blanco, luego volvieron a la casa, él estaba preparando la cena cuando Julia entró vistiendo solo su camisa blanca.

Julia: Eduardo, ¿me enseñas las constelaciones? - ella se abrió lentamente la camisa, mostrando su cuerpo esbelto, pechos firmes y rosados, un cuerpo curvilíneo. - Eduardo, no mires así o dejaré de jugar.

Eduardo: Cariño, vienes así, preciosa, perfecta, con este cuerpo delicioso y no quieres que te mire, eso es imposible

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Eduardo: Cariño, vienes así, preciosa, perfecta, con este cuerpo delicioso y no quieres que te mire, eso es imposible. Ven aquí. - se acercó a él y lo puso sobre la mesa. - Te enseñaré las constelaciones así.

Era su forma de enseñarle las constelaciones, su cuerpo, cada parte era una parte, le besó la boca (Aries), luego le arrastró besos por el cuello, la nuca y los hombros (Tauro), le besó, chupó, mordisqueó los pechos (Géminis), bajó hasta el vientre (Cáncer), le besó húmedamente el abdomén (Leo), llegó hasta los muslos (Libra), olisqueó su intimidad (Virgo) y la besó suavemente, la levantó de la mesa e hizo que se diera la vuelta, besó su trasero (Escorpio) parte por parte, subió besando su espalda (Sagitario), le dio la vuelta de nuevo cogiendo sus manos (Capricornio) besó y chupó algunos de sus dedos, sujetó su cara y besó sus ojos (Acuario) uno por uno, luego la colocó de nuevo sobre la mesa besó sus pies (Piscis) apoyándose en la mesa levantó sus piernas y sin previo aviso besó sus partes íntimas, lamió con deseo, chupó con fuerza.

Con estas caricias Julia estaba más que excitada, cuando la penetró con su lengua ella gimió fuerte y se corrió, haciendo sonreír a Eduardo, él sabía que ella no aguantaba, se quitó los calzoncillos junto con los pantalones, su miembro brotó listo para ella, para poseer lo que ella quería.

Eduardo la torturaba un poco más, acariciaba su intimidad con su miembro, Julia jadeaba y gemía de placer por él, esto era delicioso, una tortura deliciosa que ella estaba en éxtasis con él.

Julia: Ahhhhh Edu.... me va a matar así, tómame, hazme tuya. Solo tuya.

Eduardo: Mi mayor estrella, eres mi luna. - y la penetró lenta y suavemente, ella estaba tan excitada que se deslizó dentro de ella con facilidad.

Recuerdos de un amor eterno - en español 🆗🔚⭐️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora