Recuerdos de un amor eterno - FINAL

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Un mes después.....

Eduardo y Julia miraban a sus hijos en la cama, a los bebés en medio de ellos. Las miradas de amor y cariño de aquellos dos riquezas.

 Las miradas de amor y cariño de aquellos dos riquezas

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Júlia: ¡Gabriel es tu copia, ni siquiera necesitamos ADN! - dijo, alisando la cara de su hijo. - Ana Júlia está tranquila y callada.

Eduardo: ¡Igual que yo, soy tranquilo! - la miró y sonrió.

Júlia: ¡Ya entiendo, solo soy la que los parió  y comida! - Besó la frente de su hijo.

Eduardo: ¡Son la continuación de nuestro amor, la continuación de nuestras vidas!

Julia: ¡Sí, lo son! - Gabriel se inclinó más hacia su madre en busca de comida. - Lo dije igual que papá. - Ella se abrió la camisa, sacó su pecho y se lo dio a su hijo.

Eduardo: Amor, eso no sirve, ¿cuánto tiempo voy a estar sin tocarte?

Julia: ¡Eduardo Gibbs, contrólate! Ahora y durante dos meses más, ¡sólo seré de mis hijos! - sonríe con picardía y le guiña un ojo. - Después de su baño, ¡te daré un achuchón en nuestra bañera!

Eduardo: ¡Mujer, tú no existes! - se ríe asustando a su hija, que murmura y llora. - Shiii cálmate, cariño, solo es papá. ¡No pasa nada! - se acurrucó en el pecho de su padre y volvió a dormirse.

***

En casa, Cristina disfrutaba de Carlos, su encantador médico. Eduardo y Júlia cenaron con la pareja y Cris se alegró de que quisieran a Carlos y a América, su hija.

Cris: ¿De verdad quieres hacer esto? - dijo ella con la cabeza en el pecho de él.

Carlos: ¡Por supuesto, más que nada! ¡Creo que he encontrado a la mujer de mi vida! - ella levantó la cabeza y le miró sonriendo. - Por supuesto que vamos a vivir juntos, un compromiso serio, pero es porque me encanta hacer el amor contigo, así que voy a combinar lo útil con lo placentero.

Cris: Desvergonzado, quieres mudarte conmigo para disfrutar de mi bonito cuerpo.

Carlos: ¡Algunos londinenses tienen buen cuerpo! - se subió encima de él, sentándose a horcajadas y frotando sus partes íntimas. - ¡Ahhhhhhh se te ve deliciosa!

Cris: Y para tu gobierno, yo solo nací aquí, ¡mis padres son españoles! ¡Soy caliente mi amor!

Carlos: ¡Muy caliente! - se rió a carcajadas, haciendo que él se excitara más, luego la tomó en sus brazos, amándola "ardientemente".

***

Luiza estaba en casa, en un mes se había comprado su propio piso, pero claro estaba cerca de la casa de su padre y de Julia, era finales de agosto, y pronto empezaría la escuela como profesora de arte, estaba emocionada, y salía con sus amigas, hacía tiempo que no lo hacía cuando estaba en Londres.

Recuerdos de un amor eterno - en español 🆗🔚⭐️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora