Recuerdos de un amor eterno - en español 🆗🔚⭐️

Un amor eterno nunca muere.

He dejado para este capítulo especial lo que no os conté al final, quería algo diferente y espero que os guste. Cuando escribí Recuerdos me bloqueé un poco, paré un tiempo, cambié dos veces el rumbo de la historia, pero al final creo que os gustó, sí Gibbs moriría, dejando sola a Julia, y no tendría hijos. Pero como siempre, los que lo leísteis os enamorasteis de esta pareja en cierto modo, y por eso lo cambié.

Espero que les gusten.

El médico vino y pidió que Luiza y Júlia entraran, ellas tendrían que quedarse poco tiempo, el estado de Eduardo era grave, tendría 72 horas como máximo. Júlia entró primero, se quedó con él un rato, todo el tiempo que pudo, después salió y fue apoyada por Cristina. Luego entró Luiza, se despidió de su padre con un abrazo y se tumbó a su lado hasta que entró el médico y le pidió que se fuera. Cristina no quería dejar a su amiga en ese momento, pero tenía que hacerlo, hizo dos llamadas, estaba hecho, todo listo. Llamó a su jefe de oncología para pedir autorización para utilizar un nuevo medicamento, era experimental, aún no había sido autorizado por ningún organismo médico de ningún país para su uso en humanos, pero ella quería intentarlo, y cuando quieres a alguien, puedes hacer cualquier cosa. Júlia vio el esfuerzo de su amiga, podía perder la licencia por hacer un procedimiento así, pero Cristina aun así lo intentó, y con la ayuda del equipo médico del hospital inglés, y por supuesto con la supervisión de otros equipos, 20 horas después de la hospitalización de Eduardo se aplicó la medicación.

Cris: Está reaccionando sin cambios, de momento no hay efectos secundarios. - dijo mirando a Pedro, John y Anny, parte del equipo médico de oncología. - Bueno, esperemos al final del día para más detalles. - Tomó notas en su historial médico y se dirigió a la sala de espera.

Júlia y Luiza se levantaron rápidamente del sofá cuando Cristina entró en la sala; parecía cansada, las dos noches habían sido difíciles. Después de unos segundos se miraron y Cris sonrió "todo va a salir bien", Júlia corrió hacia ella y la abrazó fuertemente.

Júlia: ¡Creo que te debo la vida otra vez!

Cris: No me debes nada, para eso están las amigas, para apoyarse en todo momento. - ella sonrió y le besó. - Ahora duerme plácidamente, la medicina le está ayudando, esperemos, le he quitado la sedación, puede despertarse cuando se sienta mejor.

Luiza: ¿Mi padre va a estar bien? - Júlia la abrazó, estaban las tres allí, juntas y empezando a sentir que su mundo mejoraba.

Cris: Sí, está reaccionando bien a la medicación, el edema cerebral ha disminuido y su estado está mejorando. Júlia, vete a casa a ver a tus hijos, sé que tu madre también necesita atención. Luiza, puedes ir a descansar y volver más tarde. Si se despierta o su estado cambia, ¡te llamaré!

Luiza: ¡Prometido!

Cris: ¡Con el dedo! - Se abrazaron y pronto salieron del hospital.

Luiza se fue a casa para darse una ducha y dormir un poco, después volvería a casa de Júlia e iría con ella al hospital. Júlia llegó a casa y oyó los gritos de sus pequeños, además de tener hambre, echaba de menos a sus padres. Miró a su mamá, que tenía lágrimas en los ojos, y comprendió el momento. Júlia se dio un baño caliente, se limpió los pechos y se acostó junto a sus hijos, que chuparon con fuerza tanto su comida como su hambre, haciéndola llorar.

Las tres durmieron juntas toda la mañana, Helena aprovechó para descansar, habló con Cristina, que le dio buenas noticias, pero no quiso despertar a su hija, que dormía cansada. Eran más de las tres de la tarde cuando Júlia se preparó, dejó a los niños un poco de leche y esperó la llegada de Luiza. Cuando las dos entraron en la habitación de Eduardo, se encontraron con una bonita escena: él estaba sonriendo con el Dr. Torres, que llegaría esa mañana, Nayane y Antônio y, por supuesto, Cristina.