Capítulo 9

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Narrador omnisciente

En la humilde cabaña, el Beta SeokJin y el Alfa NamJoon se encontraban sentados frente a frente, forcejeando.

-¡Suéltame!- Gritó Seok mientras que el General NamJoon intentaba limpiar nuevamente las heridas de los brazos ajenos -¡No me toques! No tienes ningún derecho sobre mi-  

El Alfa suspiró pesado y luego refregó sus ojitos -Escucha, ya te dije que debo limpiar esas heridas o se infectarán y tendrán que cortarte los brazos- Estaba siendo bastante crudo con sus palabras, pero es que no sabía de que forma hacerle entender. Creyó que ser muy directo y algo extremista sería la mejor manera.

El menor pareció entender, pues no quería perder sus brazos, entonces le permitió seguir con su trabajo.

SeokJin no confiaba en este Alfa pero no tenía más opciones. Si Jungkook lo mandó es por una buena razón...

NamJoon parecía tardar una eternidad justamente con el propósito de dejar bien desinfectadas las heridas. 

Cuando el General al fin terminó, Seok bufó alto, se levantó de la silla realizando un molesto sonido y caminó hasta el hogar. Allí había un caldero que descansaba sobre las llamas con agua hirviendo para realizar la cena.

Revolvió lento y observó los vegetales sobre la mesa, muy cerca del otro hombre.

-Si me cortan los brazos seguramente JungKook volverá- Dijo con amargura. Seok podía imaginarse que JungKook ya había tomado al Rey demasiadas veces, hasta se lo imaginaba gozándolo por completo.

Y eso lo hacía llorar. No tenía idea del porqué se imaginaba aquellas escenas que sólo lo volvían aún más infeliz.

-Escucha- Comenzó el mayor acercándose a él-  Ya te dije miles de veces que él me mandó a verte. Está preocupado, estoy seguro de que te quiere mucho- Dijo las últimas palabras casi en un suspiro.

El Beta giró su rostro, encontrándose el ajeno muy cerca suyo. Tragó duro por la cercanía, observó los labios del mayor por una milésima de segundo y luego se alejó rápidamente para buscar los vegetales y comenzar a cortarlos en trozos pequeños.

Y NamJoon no era ningún idiota, sabía que a pesar de que el Beta se encontraba con su tristeza a flote, la tensión sexual era palpable.

Debe admitir que fue a primera vista, y había escuchado con anterioridad, por parte de sus soldados, que a ellos les sucedió varias veces ese tipo de atracción instantánea. 

Cuando tus ojos encuentran a alguien perfecto para tí, a primera vista te sientes atraído. 

Es como si creyeras que el ajeno fue creado exactamente para tí. Era de locos creer algo así, pero no por esa razón imposible.

Y justamente ahora estaban en un momento muy delicado, Seok sentía obsesión por JungKook y demasiado apego. Sin mencionar la completa dependencia hacía el Alfa puro.

-Háblame sobre él- Pidió el Beta sin dejar que realizar su tarea -¿Es bonito? ¿huele bien?- Sus manos temblaron, un nudito se formó en su garganta pero decidió disimularlo.

Nam se quedó en su lugar, observó hacía el suelo y asintió. Él adoraba a TaeHyung y daría su vida por su Majestad sin pensarlo dos veces, pero jamás lo vió como alguien en sus fantasías sexuales, como lo hacían la mayoría de Alfas y Betas. 

Podría sonar increíble pero Kim TaeHyung no era su tipo ideal. Pues el Rey era alguien con porte muy elegante, refinado hasta en su manera de pensar, altanero, ególatra, inteligente, manipulador, peligroso y sin dudas rondaba lo perfecto.

EL ELEGIDO [KOOKV]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora