𝗲𝗶𝗴𝗵𝘁

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i can feel the flames on my skin
i did something bad

— ¿Mami, has visto mi tabla periódica? —Jiwon preguntó desde su cuarto

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— ¿Mami, has visto mi tabla periódica? —Jiwon preguntó desde su cuarto. Escuchando a su mamá caminar por las afueras de las habitación limpiando.

Desde lo lejos, su madre le anunció que la había visto en la habitación, en el piso para ser especifica. Luego dijo que estaba en uno de los cajones de su escritorio. Seguro ahí lo encontraría.

Su mamá tenía ese habito. Solía guardar las cosas que encontraba en el piso o en el lugar que no era. Si algo no toleraba, era el desorden. En el mejor de los casos, terminaba en un cajón dentro de su habitación, donde lo podía encontrar después de una crisis por no tenerlo fácilmente. En el peor de los casos, Jiwon tendría que discutir con su mamá, porque lo había tirado a la basura. Su madre le diría que para que no cuidaba sus cosas si tanto importaban y que debía de ser más ordenada con sus cosas.

La universidad iba mejor. Había terminado con sus parciales y el pico de estrés no volvería hasta los exámenes finales. Iba mejorando, después de un par de años había logrado agarrar el ritmo de la universidad, de sus horarios y por fin, estaba comenzando a dormir las horas que su cuerpo requería.

Jiwon siempre tuvo problemas con el sueño. Lo recuerda desde que era muy pequeña. Solía despertarse a tempranas horas sin razón alguna, y no podía volver a conciliar el sueño. Muchas veces, despertaba a su mamá llorando, sintiendo la frustración de no poder dormir a pesar de que su cuerpo rogaba de rodillas por unas horas de sueño. Otras noches, simplemente no podía dormir. Daba mil vueltas en su cama, intentaba encontrar una posición cómoda, se cambiaba de ropa, se quitaba o se podía cobijas; simplemente a veces le costaba muchísimo. Su salud se deterioró, obviamente. La fatiga la golpeaba como un tren constantemente y eso la llevó a perder mucho peso y vivir en un estado parecido a uno depresivo.

Unos años después, fue llevada donde un doctor. Afortunadamente, fue recetada con pastillas para el insomnio. Este solía volverse peor en temporadas de estrés. Los médicos recomendaron llevar a su hija con un psicólogo, quizás había una preocupación mayor en ella que no le permitía estar en tranquilidad. Hasta el sol de hoy en día, no ha podido saber que es realmente.

Es por eso que, cuando se convirtió en novia de Sangwoo, sus horarios de sueño se habían vuelto una montaña rusa. Inicialmente, su relación era lo que todo el mundo deseaba, y Jiwoo había encontrado un medicamento, su novio. Muchas veces solían quedarse en llamadas, hasta que Jiwon conciliara el sueño, o el escucharía sus preocupaciones; le haría masajes en su cabeza hasta que pudiera dormir. Sin embargo, cuando la relación comenzó a irse cuesta abajo, sus problemas volvieron, y esta vez, peor que nunca. De repente, los episodios de insomnio que habían dejado de ser tan frecuentes, habían pasado a casi todos los días. El cansancio era tanto que terminaba dormida en clases; el peor desempeño que había tenido, lo tuvo ese semestre. Eso no la ayudó en absolutamente nada, cargándola de más estrés todavía, comenzó a pasar noches en vela, usualmente estudiando hasta que su cerebro se rindió ante ella.

𝗦𝗨𝗕𝗨𝗥𝗕𝗔𝗡 𝗟𝗘𝗚𝗘𝗡𝗗𝗦 | HAECHANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora