𝘁𝘄𝗲𝗻𝘁𝘆-𝘀𝗶𝘅

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i would've died for your sins
instead i just died inside
and you deserve prison but you won't get time
the smallest man who ever lived

i would've died for your sinsinstead i just died insideand you deserve prison but you won't get timethe smallest man who ever lived

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userldghk

No lo pienses mucho Jiwon
Te lo prometo, una vez sales
todo deja de preocupar tanto

No se
Dios siempre me pongo
nerviosa
Tu no te pones nervioso?

La mayoría de veces
Pero no se
Tu puedes
De verdad
Cree en mi, tengo experiencia

Bueno don llevo 10 años en
la industria

Jajajajjaja
Mucha suerte!!!
Espero ver los videos virales
en redes

Jiwon iba a vomitar.
Estaba muy segura de pocas cosas, pero esta vez si estaba segura que boca de su estómago estaba en su garganta y que su corazón iba a salirse.

Era un sentimiento muy común, más recurrente de lo que le gustaría admitir. Nunca fue muy buena exponiendo, ni hablando en público, ni mencionar aquellos debates donde su voz se rompía desde que hacía el discurso introductor. Así que el pensar en que la cuenta regresiva le respiraba en la nuca, jamás dejó su corazón pausar.

Además, no era solo el miedo de presentarse, sino que también temía reprobar su último parcial. Tenía un millón de emociones dentro de ella que solo le aumentaban las náuseas que se escondían dentro de su piel y parecían no querer irse.

—Deberías fumarte un cigarro —la voz masculina a su lado la devolvió a la realidad.

Era Sangwoo.
Que extraño.

Había pasado a recogerla temprano en la mañana. Más temprano de lo que ella pensaba, pero él le dijo que no le importaba verla desarreglada o maquillada, que eso era lo último que el necesitaba.

—Yo no fumo —respondió recogiendo sus hombros y desviando su mirada de aquel cigarrillo que tenía a cortos centímetros de su rostro—. Lo dejé hace mucho, pensé que te habías dado cuenta.

—Mmm —respondió él—, pensé que era otro de tus caprichos.

—No, es malo para tí —Jiwon habló de nuevo—. Deberías dejarlo.

El solo la miró.
La miró unos segundos con el ceño fruncido y Jiwon solo pudo rezar porque él no estuviese enojado. Aunque no era nada fuera de lo común, cada que ella hacía algo que a él no le gustaba, siempre se molestaba. Actuaba como si la simple presencia de su novia fuese la mayor incomodidad que había vivido en siglos, como si un fantasma pasado lo siguiese persiguiendo incluso después de muchos años. Así que ella solo suspiró.
Sin embargo, esta vez no hubo reclamos, no hubo palabras hirientes.

—Hagamos algo —dijo en una voz raposa. No estaba enojado, tampoco se veía decepcionado. A lo mejor fastidiado, pero en los últimos días, había sido la mejor reacción que ella le había visto—. Tu no me molestas si me fumo un cigarrillo más, y me dejas de reprochar cosas como siempre.

𝗦𝗨𝗕𝗨𝗥𝗕𝗔𝗡 𝗟𝗘𝗚𝗘𝗡𝗗𝗦 | HAECHANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora