𝘁𝘄𝗲𝗻𝘁𝘆-𝗼𝗻𝗲

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why'd you have to (why'd you have to)
make me want you (make me want you)?
why'd you have to (why'd you have to)
give me nothin' back?
say don't go

why'd you have to (why'd you have to)make me want you (make me want you)?why'd you have to (why'd you have to)give me nothin' back?say don't go

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Dos horas después de la llamada que tuvo con Donghyuck, su teléfono volvió a timbrar. El reloj marcando las dos, casi tres de la mañana no eran la mejor hora para llamar. Un nombre conocido apareció en su pantalla y Jiwon se dio cuenta que era su primer cumpleaños sin él en los últimos dos años.
No porque hubiesen durado dos años, sino porque la búsqueda de una relación había tardado dos años.

— ¿Hola? —la voz masculina se escuchó al otro lado, la misma voz que nunca falló en ponerle los pelos de punta—. ¿Jiwon?

Y aquel hombre parecía una pesadilla de la cual no podía escapar. Se quedó unos segundos pensando en si lo que ocurría era un sueño o la realidad. Cualquiera de los dos, quería escapar.

— ¿Jiwon? —volvió a preguntar—. ¿Hola?

Un suspiro.
Quizás dos.
Un millón necesitaría en realidad antes de responder.

—Sangwoo —murmuró—. Hola.

—Feliz cumpleaños Ji —la voz tan suave, sonaba tan sincera—. Mira, se que pasamos por una muy mala etapa y dejamos de hablar, pero quiero decirte que eres una persona maravillosa, y fui un tonto por irme de ti lado. Perdóname, de verdad perdóname, pero no puedo seguir más tiempo sin ti, me hace sentir mal. No... no hay nadie como tú Jiwon.

Se mordió el interior del cachete; sintiendo como su corazón se hacía chiquito. No era justo, verdaderamente no era justo. Después de tantos meses sin si quiera devolverle la mirada, llegaba y le decía que quería estar con ella. Después de ignorarla cómo si ellos jamás hubiesen pasado, dice que la quiere de vuelta. Cómo si aquello fuera a reparar las noches llorando en los brazos de su madre preguntándose cuál era la razón por la cual nadie podía quererla. Preguntándose una y otra vez si había algo mal con ella.

—Yo-

—No digas nada, esta vez no vayas a decir nada —un suspiró de escuchó—. Jiwon, te lo suplico. No se cual fue la razón por la cual te fuiste, no se que he hecho mal. Solo vuelve Ji, tú sabes que solo puedo vivir si es contigo.

Culpa.
Siempre le hizo sentirse culpable. Mierda, Jiwon realmente era consciente de la basura de persona con la que hablaba, pero había algo en ella que no podía dejar de pensar en volver. Era cómodo, estar con él se sentía reconfortante en la mayoría de los casos; claro que su corazón latía en desconfianza e inseguridad cada vez que lo veía, o cuando una notificación hacía vibrar su teléfono.

—Ji... sal de tu casa, estoy afuera.

Sangwoo era un maldito loco.

Su corazón comenzó a latir rápido. ¿Por qué mierda estaría fuera de su casa a las tres de la mañana? ¿Con que clase de psicópata estaba hablando? Mil veces mierda, pensó.

𝗦𝗨𝗕𝗨𝗥𝗕𝗔𝗡 𝗟𝗘𝗚𝗘𝗡𝗗𝗦 | HAECHANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora