𝘀𝗲𝘃𝗲𝗻

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here's a toast to my real friends
this is why we can't have nice things

—Estaba pensando —Haeun comenzó a hablar mientras tomaba de su limonada

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—Estaba pensando —Haeun comenzó a hablar mientras tomaba de su limonada.

— ¿Tu piensas? —Woobin hizo una cara de sorprendido. Haeun se rio y le pego un manotazo antes de seguir hablando.

Los tres se encontraban en una cafetería.
Una mañana de un domingo soleado y cálido. La suave brisa golpeando sus rostros, moviendo las hojas y servilletas en la mesa. Los tenues rayos calentaban la mañana y sus cuerpos mientras que las voces a su alrededor no existían, solo estaban ellos.

—Imbécil —Haeun volvió a hablar.—Lo que estaba diciendo. Jiwon, deberías subir tus canciones a SoundCloud.

Jiwon sonrió.
—Quizás si, no estaría mal —respondió.

— ¡Y te vuelves famosa y pagas mi deuda universitaria! —Woobin habló, tapándose su boca con su mano mientras terminaba de masticar.

—Si claro —Jiwon habló una vez más—, a lo mejor me vuelvo la arista número uno en el mundo.

Había un tono de sarcasmo en su voz. No obstante, no veía mala la idea de subir un par de cosas. Al fin y al cabo, eso era lo que le gustaba.

—Pero hablando en serio —Haeun miró a Jiwon—, ya has tenido reconocimiento en algunas apps, imagina si sacas tu música. O por lo menos en YouTube. Piénsalo.

Jiwon arrugó su nariz en la idea de tener a miles de personas viéndola en internet. De por si, presentarse en el bar era algo que le ponía los pelos de punta y nunca fallaba en ponerse nerviosa. No se imaginaba la idea de tener todavía más personas viéndola; de todas las edades, y quizás, si soñaba en grande, de otros países.

Cuando era pequeña descubrió su interés por la música. Una de sus tías era cantante, profesora de canto de estudiantes en SOPA, una gran universidad de donde habían salido muchos artistas que ahora eran idols. Recuerda muy bien que fue su tía quien le regaló su primera guitarra y quien le había enseñado a tocarla, al igual que el piano y cantar. Mientras seguía creciendo, siguió asistiendo a clases, como resultado, comenzó a desarrollar una gran pasión por la música. Sin embargo, sus padres no veían a su hija estudiando alguna carrera con las artes, y desde muy pequeña le habían dicho que debía tener una carrera decente.

Claro que le permitían seguir estudiando música, aprendiendo; pero solo como un hobby. Nada más. También reconocían el talento de su hija para componer, pero siempre habían dicho que la música no era una carrera.

— ¿A que hora tienen clase mañana? —Woobin preguntó.

—Diez —respondió Jiwon alzando sus hombros, no muy emocionada por tener que estudiar al día siguiente.

Woobin luego pasó a mirar a Haeun, esperando una respuesta por su parte.

—Siete creo —dijo formando un puchero con su boca—. Aunque estoy considerando si asistir o no.

𝗦𝗨𝗕𝗨𝗥𝗕𝗔𝗡 𝗟𝗘𝗚𝗘𝗡𝗗𝗦 | HAECHANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora