𝗲𝗹𝗲𝘃𝗲𝗻

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starlight that shines on me one day
that meaning that lingers in my warm hands
like we just met

starlight that shines on me one daythat meaning that lingers in my warm handslike we just met

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Cuando el lugar cerró, Jiwon todavía estaba en el bar. Evitando llegar a su casa, aunque realmente no tenía ningún problema en ella. Simplemente quería librarse de sus pensamientos.

El reloj marcaba más de las cinco de la mañana. Sus ojos pesaban y se cerraban casi de manera automática. Intentó ayudar a cerrar el lugar, limpiando mesas, y recogiendo basura. En especial porque había llegado tarde e incumplido con su horario de trabajo.
Así que mientras recogía botellas y copas vacías se encontró con un teléfono. Justo en la mesa donde recordaba haber visto sentada a Yejin y sus amigos.

Vaya coincidencia. Pensó.

Rápidamente le tomó una foto y se la envió a su amiga. Esperando que esta pudiese responderle de manera rápida para saber que hacer. Sin embargo, pasaron los minutos y Yejin seguía sin leer sus mensajes.

Así que lo guardo en su bolsillo para luego llevarlo con el dueño. El tiempo pasaba y en compañía de otras cinco personas pronto lograron hacer un aseo decente en el lugar. Gracias a Dios era sábado, pues las luces que entraban por los grandes ventanales sólo le avisaban que ya era un nuevo día y que había hecho de todo, menos dormir aquella noche.

Finalmente decidió irse a casa. En especial porque las personas dentro del bar insistían en que debía irse a descansar. Que había hecho más de lo que pedían. Así que cuándo logró recoger sus cosas la vibración en uno de sus bolsillos le hizo recordar que tenía un teléfono que no era suyo.

— ¿Hola? —preguntó el otro lado de la línea.

—Hola —respondió Jiwon—. Este teléfono estaba en una de las mesas del bar. ¿De por casualidad le pertenece?

¿Quien eres? — el tono de voz sonaba fuerte, molesto.

—Hyun Jiwon, trabajó en el bar donde estaba el teléfono.

Silencio.
Probablemente el silencio con más misterio que había tenido Jiwon a lo largo de su vida. Un suspiro se escapó de sus labios mientras esperaba una respuesta. Miró a su alrededor para ver a todos sus compañeros limpiando mientras que ella apenas golpeaba sus dedos impaciente contra la mesa.

Con el ceño fruncido, despegó el teléfono de su oreja y revisó si la persona había colgado la llamada. No lo hizo. Así que supuso que había puesto el teléfono en mute.

Justo lo que Jiwon necesitaba.

Siendo honesta, no estaba dispuesta a esperar que la otra persona la dejara durante largos minutos esperando una respuesta. Así que comenzó a debatir entre terminar la llamada y decir que dejaría el teléfono en objetos perdidos, o simplemente esperar más tiempo.

𝗦𝗨𝗕𝗨𝗥𝗕𝗔𝗡 𝗟𝗘𝗚𝗘𝗡𝗗𝗦 | HAECHANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora