—Sean generosos con la pintura, la gracia del empaste es hacer relieves sobre el lienzo y crear un juego de luces y sombras —el maestro tomó un cuadro impreso de su escritorio y la puso sobre el caballete frente a la ventana— Tu, el que no deja de verle el trasero a "La Venus del espejo" ven acá.
El chico camino en medio de risas divertidas hasta donde le indicó su maestro.
—Quiero que veas esta foto de frente, mira con atención -el maestro tomó por los hombros al chico para indicar donde debía pararse— ahora ve la diferencia —toma el cuadro original de la pared y lo coloca sobre el caballete.
—Es igual pero... Pero no es igual.
—Eso es porque está foto fue tomada dentro del estudio con las luces de las lámparas iluminando y jamás, sin importar la hora del día y el tipo de luz va a cambiar, en cambio, está pintura se percibirá diferente según la luz, gracias a los relieves del empaste —pasa la mano sobre la pintura para mostrarles la textura rústica.
—Pero maestro —unos ojos color de mar se asomaron tímidamente desde detrás del bastidor-- ¿Eso no haría frágil a la pintura?
--Esa es su mayor desventaja, después del alto costo en material, claro. Pero eso la hace más especial. El arte está hecho para perpetuar nuestra existencia mortal. Perpetuo no es lo mismo que eterno. Por muy cuidada que esté la "Mona Lisa", tarde o temprano desaparecerá.
Dando las seis en punto la clase del día terminó y los alumnos salieron del taller de pintura de Gabrielle Sutherland, el joven maestro que había venido de Escocia con su pequeña hermana años atrás y se había establecido en Seul.
La mayoría de los alumnos eran jovencitas que se inscribieron en la clase con el único propósito de contemplar al apuesto maestro de acento seductor. El lo sabía, pero no le molestaba, creía con tantas chicas de su misma edad, su hermanita podría hacer amigas.
--Alexanderina ¿Porque no vas a divertirte un rato con los chicos? Yo puedo levantar todo esto.
--Hay que preparar todo para la siguiente clase.
--¿Tomarás esa clase también? Si te cobrara sería rico. Alexand...
--No me digas así, no me gusta.
--Esta bien. Alex, tienes que salir de vez en cuando. Tienes 17 años, debería estar muerto de la preocupación por los amigos que escogiste o imtimidando a algún chico que venga por ti. No es normal que un hermano tenga que empujar a su hermanita a salir a ver el mundo.
--Pero ya salí, El viaje de Escocia a Corea fue muy largo. Y... No le gusto a los chico, no a estos chicos
--Alex -Gabrielle suspiro rendido.
Estaba preocupado por su hermana. Ya tenían cinco años en Corea y no se había adaptado, además era demasiado tímida y no podía hacer amigos.
--Quiero que veas mi pintura --Alex entra al almacén del taller y sale con una pintura al oleo de unos perros --¿Que te parece?
--La composición es buena ¿Estos perros de donde son?
--Son de la señora Shin, me hizo el pedido hace unas semanas ¿Enserio es buena?
--Si, yo creo que le va a encantar. Bien hecho.
Alex sonrió satisfecha y emocionada; este era su tercer pedido y parecía que no sería el último. Los vecinos de los pelirrojos hermanos estaban encantados de tener artistas en el vecindario y competían entre ellos por ver quién ya había encargado cuadros. Según los vecinos, el taller de arte de los Sutherland había aumentado la plusvalía de sus propiedades.
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UN TOQUE DE COLOR
FanfictionElla observaba desde la distancia, cada día a la misma hora, al desconocido que se había convertido en su fuente inagotable de inspiración. Tejía historias imaginarias que solo existían en un rincón secreto de su corazón y les daba vida sobre el lie...