UN TOQUE DE COLOR

20 "LA NIÑA DEL ÁRBOL" 2

—[¿Ya tienes sueño?]

—No, pero mi novia quiere verse con un tipo que detesto, eso deja desanimado a cualquiera.

Fue una noche de insomnio para Goo. Siente el calor de la ira subiendo a su cuello mientras piensa en cómo Jay pasa tiempo con su novia, en cómo probablemente ella está siendo cortejada y encantada por él. Goo sabe lo encantador y afable que es Jay Hong. Deja escapar un gruñido frustrado, se da vuelta en la cama y agarra una almohada y la arroja del otro lado de la habitación mientras suelta una risa amargada

—Si Rojita ve que hay mejores opciones, me dejará —No puede dejar de compararse constantemente. Por más que se esforzaba, él no era un hombre de paseos románticos en el parque y cartas de amor. Tras su descarada sonrisa, toda su vida estaba llena de caos y sombras grises. ¿Como encajaba Alexa ahí? ¿Como encajaba él en la vida de Alexa, llena de color...?

—Desde sus ojos de mar hasta su cabello de fuego, sus pinturas, su jardín... todo en ella tiene color.

_________________________

Hay veces que no sabremos si una decisión fue la correcta, hasta que vemos los resultados. Y hay momentos, de eso raros momentos de la vida que nuestras decisiones nos llevan por caminos peligrosos, pero que nos negamos a abandonarlos, ya sea por terquedad o por placer.

Samuel Seo tomó una decisión muy al estilo de... De Samuel Seo: llena de ambición.

Llegó a la galería en su lujoso auto dispuesto a hablar de negocios con los Sutherland, un presente insignificante para la niña insignificante, y una jugosa propuesta para su verdadero objetivo: Gabrielle Sutherland.

Entro por la enorme puerta principal hasta la sala de recepción, donde vio a la niña insignificante: pequeña, delgada...— Preciosa.

La imagen que vio de ella era una a la que no estaba acostumbrado. Su cabello recogido y el vestido que él mismo escogió, dejaban ver sus delicados hombros y su elegante cuello. Sus ojos parecían aún más grande y brillantes y sus labios, siempre teñidos de un suave rosa inocente, ahora eran rojo oscuro.

Se acerca y la escucha refunfuñar mientras mira con desaprobación a su hermano— Hoy no llega a dormir a casa.

—¿Quién no llega a dónde?

—Señor Seo, buenas noches, por un momento pensé que no vendría.

—No me lo perdería —No aparta la vista de su cuello color de marfil, con unas extrañas ganas de morderlo. De pronto reaccionó en lo que estaba haciendo y, antes de que Alexa lo notará, lanzó una mordaz crítica— No lo puedo creer, la maestra Sutherland tiene pésimo gusto para la moda.

—¡Pero usted escogió mi ropa! —replica con el rostro enrojecido de indignación.

—La ropa es perfecta pero... Agh, ya, vamos de la vuelta —la toma de los hombros y la gira con brusquedad— menos mal que vine preparado..

— ..!?

Cuando el metal frío del collar toca a Alexa, la piel de su espalda se eriza al instante y, en lugar de ser desagradable, a Samuel le parece extremadamente lindo. Una piel suave y delicada, cubierta de diminutos pelos, erizada y radiante. Se siente atraído hacia eso, hacia ella y hacia la idea de que muy probablemente jamás ah sido tocada, al menos no de la manera que a él le gustaría.