Samuel no comprendía porque Goo Kim quería saber de la mujer que lo había retratado. Para él, parecía otro de los caprichos impulsivos de su jefe. Todos sabían lo voluble y cambiante que podía ser Goo, así que optó por no cuestionarlo y se embarcó personalmente en la búsqueda de la misteriosa chica.
No tardó en encontrarla. Simplemente se dirigió al parque esa misma tarde y la vio de pie junto al río, concentrada en su arte.
La joven era una figura delicada, rodeada por la luz del sol que filtraba a través de los árboles. Su cabello rojo se mecía suavemente con la brisa, y sus manos hábiles se movían sobre el lienzo aún en blanco. Samuel se acercó con cautela, sin querer perturbarla y la contempló a la distancia.
--¿Eso es todo? Que decepción de mujer --Sacó su teléfono y tomó varias fotos de ella sin que se diera cuenta y entonces se acercó.
Cuando Alex levantó la vista y sus ojos se encontraron le saludó con una linda sonrisa-- Dígame --su voz era suave y delicada.
--Señorita, ¿usted pinta?
--Si --inclinó la cabeza con amabilidad simulando la gracia que le causó la pregunta tan obvia.
El hombre frente a ella tenía aspecto de un importante ejecutivo. Toda su apariencia gritaba "soy rico y exitoso." Pero además de eso era increíblemente apuesto, distinguido y elegante. Pondría suspirar a cualquier mujer y habría hecho saltar el inocente corazón de Alexa, de no ser por la fria mirada de desprecio que le lanzaba.
--¿Puedo ver algo de su obra?
Por un momento Samuel pensó simplemente mostrarle el dibujo y preguntar si era de su autoría. Pero después pensó que en primer lugar desconocía las razones de Goo para encontrar a la artista que hizo su retrato, y las razones de la artista para dibujar dicho retrato. Siendo así, era mejor moverse con cautela y no cometer errores que le podrían costar un dedo.
Alexa aceptó y levantó del suelo una vieja y pesada bolsa que parecía de cartero. De ella sacó un par de portafolios de arte que por poco se le caen de las manos, pero logró atraparlos dejando caer la pesada bolsa sobre su pie
--¡Auch!Samuel rodó los ojos con fastidio por la torpeza de la chica y le arrebató los portafolios. Empezó a ojear página por página y, fue increíble ¡Esa torpe tenía talento! Igual si no era quien buscaba, definitivamente le pediría un cuadro para su oficina.
Vio el siguiente portafolio y...«¡Aja'!» Lo encontró, una pila de dibujos de Goo Kim. Eso era todo lo que necesitaba. Cerró la carpeta y se la entregó.
--Me gusta su estilo ¿Podría hacer un cuadro de... de un padre con su hijo?
--Claro, ¿Alguna especificación?
--Solo que el padre parezca ser un hombre fuerte e importante y el niño que tenga unos diez años.
Eso fue todo. Acordaron el precio y cerraron el trato.
Buenas y malas noticias llegaron con ese nuevo pedido: por un lado Alexa tenía otro trabajo y no era de sus vecinos. Pero el trabajo fue solicitado para una fecha demasiado remisa y tendría que trabaja por muchas horas en el taller, lo que implicaba ausentarse del parque y dejar de ver a su príncipe amado. Así que fue al siguiente día para verlo por última vez en semanas.
Cuando llegó al parque se sentía ansiosa por verlo. Está vez no llevó ni bocetos ni pinturas, solo una cámara por si algo interesante se le atravesaba, un vestido ligero arriba de media pierna y el listón en su pelo que combinaba con sus ojos.
--Lo voy a invitar a salir. Está vez lo haré --se sentó en la banca emocionada a la espera del chico de sus sueños y empezó a fotografiar un árbol seco frente a ella para matar el tiempo y los nervios.
--Rojita, otra vez aquí --Goo saluda detrás con un baso de café helado en la mano.
El corazón de Alexa dio un vuelco al escuchar su voz-- Hola --saludó con su sonrisa ensayada.
--Ey que buena cámara ¿Tomas fotos? --se sentó junto a ella.
--Bueno si, pero... pero solo por diversión. Este parque es genial, los paisajes son increíbles.
--Has tomado fotos desde ahí --señala una pendiente del otro lado del enorme parque.
--No, es muy alto y difícil de llegar. Jamás he subido ahí.
--Esque eres muy debilicha, ven --se levanta y le da la mano.
--¿C-como? --Alexa vio con nerviosismo su mano extendida frente a ella.
--Te usaré de pretexto para llegar tarde. Vamos te voy ayudar a subir y verás de que te has perdido.
Alexa se tragó un suspiro antes de aceptar su mano y levantarse.
La ayudó a subir la difícil pendiente inclinada, hasta llegar a una saliente de rocas donde era más seguro sentarse. Ella vio alrededor y era hermoso: desde ahí se podía ver las copas de los arboles que teñían de colores el parque. A lo lejos, se extendía la imponente urbe que le daba un toque de elegancia y contraste.
--Esto es increíble --con una mirada asombrada bebía gota a gota cada tono y con sus ojos trataba de grabar en su mente las curvas que delineaban el paisaje.
--¿No tomarás fotografías?
--¿Como? --desvio la mirada a quien le hablaba.
El viento era más intenso ahí arriba y hacia ondar su cabello sobre su rostro sonrojado por el esfuerzo de subir, mostrando el contraste de color con sus ojos azul-verdosos.
Goo quedó boquiabierto con el corazón palpitando con fuerza cuando vio lo hermosa que estaba --¿Siempre ha sido así de linda? --No pudo articular palabra. Se perdió en ella mientras Alexa fotografiaba todo a su alrededor. Las comisuras de sus labios se elevaron tímidamente en una sonrisa y la observó de reojo.
Cuando Alex terminó de tomar fotos y bajaron, ninguno de los dos quería despedirse, pero no encontraban la manera de expresarlo. Así que se dijeron adiós. Ella estaba tan feliz que ni siquiera recordó lo que se supone que le diría.
_________________________
--[Señor, encontré a la chica.]
--¿Que chica?
Apenas tenía unos metros de haberse alejado de ella cuando recibió una llamada de Samuel Seo. Iba caminando distraído con las manos en los bolsillos, recordando los ojos de Alexa y no recordaba la misión que le encomendó a "su amigo secreto"
--[La chica, la del retrato, la que me pidió que buscara]
--Aaah, esa chica. Ya no me interesa --dijo despreocupado.
-- [...]
--Como sea, bien hecho.
--[Bien... De todas formas ya le envié la información]
--Se, se, se... Adiós --Colgó, ya no quería escuchar la molesta voz de ese tipo.
Escuchó el timbre de notificaciones y revisó por mera curiosidad-- ¿Rojita..?
ESTÁS LEYENDO
UN TOQUE DE COLOR
FanfictionElla observaba desde la distancia, cada día a la misma hora, al desconocido que se había convertido en su fuente inagotable de inspiración. Tejía historias imaginarias que solo existían en un rincón secreto de su corazón y les daba vida sobre el lie...