2) A ALEX LE GUSTA UN CHICO

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Justo esa tarde, Goo tuvo una muy particular reunión con Logan Lee, aquel Bully que había llegado a la preparatoria Jaewon a causar problemas, el mismo que golpeaba al pequeño Daniel y acosó a Zoe Park, pero el mismo patán patético, que de alguna manera salvo su integridad.

La tarea que le encargó era demasiado sencilla, de no ser porque era un bruto neandertal sin cerebro propenso a la ira.

Saliendo de esa peculiar reunión fue a ver al jefe como se lo ordenó, y más tarde a caminar un rato. Últimamente estaba de un humor espantoso.

—El neurótico la tiene a ella, y hasta el viejo tienen con quien salir. Ya estoy arto de las damas de compañía. Siempre dicen lo que quiero oír... Yo también quiero pelear con alguien, necesito quien me llame cada veinte minutos preguntando donde estoy y me revise el celular —pateó una piedrita el suelo para descargar su frustración— ¡hasta el gordo tuvo novia! Esto es una mierda.

Se sentó en la banca bajo el enorme árbol donde solía pasar por las mañanas y tomó su celular para revisar si había alguna chica a quien podía llamar para salir esa noche, pero no, todas ellas eran acompañantes de alto estatus. Resopló con fastidio y se fue en busca de su auto del otro lado del parque.

Estaba tan ensimismado, que no notó unos lindos ojitos aguamarina observándolo desde el otro lado de la acera.

—Es raro que venga a esta hora —bajó la mirada con tristeza. Se sentía incapaz de acercarse a él.

Ni siquiera tuvo ganas de terminar lo que estaba haciendo. Se sentó en el pasto y tomó un sorbo de su termo de café mientras rebuscaba en sus bocetos. Tenía una libreta entera llenas de dibujos de aquel joven.

Al siguiente día en la clase, procuró poner más atención en como las chicas se acercaban a su hermano. Ninguna de ellas mostraba el mínimo reparo en demostrar su atracción hacia él, pero ella no podía, Alex no era así. Se sentía intimidada con solo mirarlo ¿Como podría hablar con él?

—Gabrielle, ¿Que pensarías de una chica que se acerca a un chico? —preguntó tímidamente durante la cena.

—Son niñas Alex, no me importa que tanto... Espera, ¿hablas de ti? ¡Te gusta un chico!

—N-no, no —negó con las manos— es... es solo una duda. No es nada.

—Si a una chica le gusta un chico lo que tiene que hacer es invitarlo a cenar a su casa con su familia.

—Gabrielle... —pone los ojos en blanco.

—O, podría pedir a sus amigas que la ayuden a acercarse a él.

—Ya vasta, Gabrielle. Solo era curiosidad, no hablaba de mi.

Talvez debía hacerlo. Esa noche se fue a la cama pensando que nada perdería con intentar acercarse, no es como que se le fuera a declarar. Solo sería saludarle y ya.

Llegando el día se levantó antes que la alarma sonara y se apresuró a arreglarse lo mejor que pudo. Desayunó muy temprano y lavó los dientes dos veces. Se peinó con un listón verde que resaltaba con el rojo de su cabello. Maquilló sus ojos se puso esas lindas arracadas color rosa que hacían juego con sus mejillas.

—Bien —se vio en el espejo de pies a cabeza.

Salió de su casa decidida a acercarse a ese chico.

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—Tengo mis propios asuntos ¿Que no puedes arreglar nada solo?

—Ay vamos, por los viejos tiempos. Es aburrido hacerlo sin ti.

—Aburrido, si por supuesto.

Goo le pidió a Gun que lo acompañará a solucionar el problema con una escuela a la que le cobraban. No es que no pudiera, es solo que le gustaba molestarlo.

—Ademas, Crystal ahora debe estar en la escuela ¿No? Tienes tiempo libre.

—Te dije que tengo mis asuntos. —apretó el volante a punto de estallar.

—Andar tras las faldas de tu novia no cuenta.

—Odio que la menciones.

—Estacionate aquí, me gusta caminar por este parque.

—¿Que me importa? Llegaremos más rápido en auto.

—Anda, no seas aburrido. Di que si ¿Si, si, si, si, si, si? —le picó las mejillas hasta hacerlo ceder.

—¡Carajo, está bien!

—Tienes que controlar tu temperamento.

— ...

Caminaron dentro del parque por donde siempre y Goo compró su pan con mantequilla en el puesto ambulante— tienes que probarlo, es delicioso.

—Yo quiero algo caliente, ¿tiene doenjang? —se dirige al vendedor.

—Si, en un momento la tengo lista --respondió el propietario amablemente.

—Acá te espero —Goo se fue a una banca no muy lejos de ahí a comerse su pan con mantequilla mientras la sopa de Gun estaba lista.

Ambos eran de carácter opuesto, mientras Goo disfrutaba de su comida viendo la nada, Gun estaba atento a su alrededor. Y fue gracias a eso que la vio.

Vio a una chica de cabellos rojos ocultándose tras un bastidor de madera observando a Goo.

—Su doenjang, señor —le interrumpió el vendedor.

—Si, si. Aquí tiene —le pagó, pero en lugar de ir a ver a Goo, se quedó en una banca mas alejada a comer su sopa mientras se divertía con el triste espectáculo.

La jovencita se acercó con pasos lentos y cortos mientras jugueteaba con su cabello con nerviosismo. Pero al llegar a la mitad del camino se detuvo en seco. Se quedó parada con la mirada puesta en el chico pero sin poder moverse.

—Jaj, que patética —se burlaba Gun mientras disfrutaba del doenjang.

De pronto, Goo levanta la vista, y al instante la chica sale corriendo, toma sus cosas apresurada y se va sin mirar atrás, mientras él sigue comiendo su pan como sin nada.

—Ey, ¿te peleaste con tu novia? —Finalmente Gun se acercó.

—¿Ah?

—La chica, la que salió corriendo, ¿No la viste? —se sentó junto a él a terminar su sopa.

—Vi a alguien, pero no puse atención.

—Eres un imbécil.

Goo vio en la dirección en la estaba Alex, pero solo pudo ver un par de hojas tiradas que se acercaron a sus pies con el viento.

—Esta chica dejó su basu... Oye, mira esto ¡Soy yo!

—Felicidades, tienes una acosadora.

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—No puede ser. Lo arruiné, lo arruiné, lo arruiné. Soy patética.


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Doenjang:

Sopa coreana a base de soja

UN TOQUE DE COLOR Donde viven las historias. Descúbrelo ahora