4 UN SENTIMIENTO PODEROSO

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Alexa estaba extasiada. Cada paso que daba era como flotar en el aire, su corazón latía con fuerza y una enorme sonrisa jugueteaba en sus labios. Había sido un encuentro breve, pero para ella, significaba el mundo entero. Finalmente, el chico de sus sueños, le había hablado.

Mientras caminaba de regreso a casa, con el ramo de flores en una mano y el corazón lleno de emoción en la otra, no podía dejar de pensar en ese momento. Cada palabra que él había dicho resonaba en su mente, y su gesto amable se grababa en su memoria como un tesoro precioso.

Al llegar a casa, apenas podía contener la emoción. Se sentía como si estuviera flotando en una nube de felicidad. Corrió hacia su habitación y se dejó caer sobre la cama, con las mejillas sonrojadas y el corazón aún palpitante.

--Tiene una voz tan varonil, y que lindos ojos, que rico huele... ¡me sonrió! --Apretó el ramo sobre su pecho.

--Alexa ¿Y las flores? --Gabrielle llamó desde su habitación.

--¿Q-que flores? --Preguntó sin entender.

--Las que te pedí que fueras a buscar --se acerca a la habitación de su hermana.

--Oh, cierto estás son tuyas --abre la puerta y le entrega el ramo de mala gana.

--Oye niña, ¿Que pasó con el ramo? ¡Está todo marchito!

--Ah, esque... bueno.

--Saldré con una chica hoy y se supone que le llevaría flores. No le puedo entregar un ramo así.

--P-perdon me caí y... ¡Ya se! Yo iré por otro. Uno mejor.

--¿Que? Pero...

--No te preocupes, ya me pagaron el cuadro y tengo mucho dinero --presumió elevando las cejas-- además este ramo que escogiste es como para llevar a una tumba no a una chica.

--¿Eh?

--Ya me voy --sale corriendo de la habitación.

Alexa va deprisa a la florería esperando encontrarlo de nuevo. Sabía bien que no era posible que siguiera ahí, pero se sentía emocionada con tan solo repetir sus pasos.

--El parque es un buen lugar para pintar --canturreaba de regreso a casa.

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Esta estaba siendo una tarde como cualquiera para Goo. Iría al supermercado y compraría un poco más de salsa de soja, berros, unas cebollas... Tal vez un vino para acompañar, o quizás un café no le caería mal. En el camino todo estaba tan aburrido como de costumbre, hasta que recibió una llamada de Crystal.

Desvío el auto a toda velocidad. Tenía que llegar a la preparatoria Jaewon antes que la policía.

--Maldito loco de mierda.

La escena era de telenovela: Dos tipos peleando por una chica, un desengaño, una ruptura amorosa... sangre y corazones rotos por doquier.


Goo, como puede, se lleva a rastras a Gun al auto y maneja alejándose del lugar.

--Primero tranquilízate ya, imbécil --parece como si Goo lo estuviera reprendiendo-- esas fotos no son lo que parecen.

Era increíble ver a un mastodonte, violento y sádico como Gun Park totalmente roto sin poder contener las lágrimas por haber perdido a su chica ¿Enserio era tan poderoso ese sentimiento? ¿De verdad dolía tanto? Por un momento se sintió afortunado de no tener que pasar por eso, pero por otro lado, dentro de si ansiaba tener alguien especial que le moviera el mundo.

UN TOQUE DE COLOR Donde viven las historias. Descúbrelo ahora