Fue más que fastidioso, fue... Fue raro, una desagradable sensación en el estómago de que las cosas se complicarían. Una presión en el pecho le decía a Goo que no debía ir a esa reunión.
Solo hizo falta una breve llamada para avisar que no iría cenar a casa de los Sutherland esa noche, y los gentiles hermanos le respondieron que se cuidara donde sea que fuera a estar, sin reproches y sin preguntas.
Los hechos ocurrieron así: Una junta en el Club ViVi y su posterior desmantelamiento. Y ya, eso fue todo... No... no, no podría ser así de fácil, algo andaba mal.
—Roja... —Goo llegó con flores al parque de siempre donde sabía que estaría. No solo quería verla, quería disculparse personalmente por lo de la cena— ¿No estás enojada?
—Ya te dije que no —toma las flores y se pone de puntillas para darle un suave beso en la mejilla— se que tienes asuntos que atender.
—Si... asuntos —esa extraña sensación persistia dentro de él— ¿y mi rojo cuñado?
—Oh, no se enojó, pero parecía que tú novia decepcionada era él.
—Es un tipo peculiar.
Guarda tus cosas, vamos otro lado.—¿A donde?
—A... no se, quiero compensarte, algo se me ocurrirá.
La llevo al centro comercial a comer helado y uno de esos cafés de nombre exuberante. Subieron por las escaleras eléctricas, él detrás de ella para cuidarla y para disfrutar de la vista que ofrecían esos vestidos cortos que acostumbraba usar. Todavía no podía creer lo afortunado que era por tener a esa dulce chica con joyas en los ojos con él. El deseo y la sensación de posesividad lo superaron, la tomó de la cintura con fuerza y la atrajo a su cuerpo para abrazarla contra su pecho y poder besar su cuello.
—Espera, nos vamos a caer y me haces cosquillas.
—Rojita, eres mía ¿Verdad?
—¿Tuya?
—Si, mia y de nadie más —su agarre se hizo más fuerte como si temiera que fuera a huir de él.
—Lo soy, Goo —le respondió dulcemente mientras da la vuelta para besarlo, aprovechando la altura que le daba la escalera.
—Eso es todo lo que quiero oír.
Llegaron a la zona de cafés y se sentaron uno frente al otro al lado de una fuente. No pasaron ni cinco minutos cuando se dio cuenta de cuanto llamaba la atención Álex, y no solo por ser una pelirroja de ojos de color, si no por qué era de verdad muy bella.
Goo fulminaba con la mirada a quienes volteaban a verla— pareces muy popular —dijo con un toque de incomodidad y enfado.
—¿Yo?
—Si, ¿No te das cuenta? Llamas mucho la atención.
—Ah, no, no me había dado cuenta.
Después de terminar sus cafés fueron a caminar aún rato dentro de la plaza. Las personas, más en concreto, los hombres, no dejaban de ver a Álex. Molesto por la situación, Goo la tomó de la cintura y la atrajo hacia él, mientras disparaba puñales con sus ojos— Roja esto es molesto.
—¿Porque te molesta tanto?
—¿Como que porque? Eres mi novia y esos imbéciles no te quitan los ojos de encima, debería de...
—Mientras no me digan nada no tendrías porqué enojarte —le acaricia la mano con la que la sujetaba.
—Oh, vamos, a mí novia le gusta la atención.
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UN TOQUE DE COLOR
FanfictionElla observaba desde la distancia, cada día a la misma hora, al desconocido que se había convertido en su fuente inagotable de inspiración. Tejía historias imaginarias que solo existían en un rincón secreto de su corazón y les daba vida sobre el lie...