--Con el pincel de fibras naturales, pueden retener la humedad del agua y la pintura, y luego liberarla de manera uniforme y fluida. El único inconveniente es que con el tiempo, las fibras tienden a romperse, lo que puede resultar en dejar algunas hebritas en la pintura, lo cual es muy problemático, sobretodo si están pintando un área grande.
Gabrielle tomó su pincel de pelo de ardilla humedecido con pintura y lo deslizó suavemente sobre el lienzo. Cada trazo era seguido milimétricamente por la atenta mirada de sus alumnas, que más bien parecían su club de fans. Observaban fascinadas las ágiles manos de su maestro, quien al levantar la mirada, les arrancó un suspiro en coro.
--¿Están cansadas? --preguntó al escucharlas.
Ellas negaron agitando la cabeza.
--Bien, de todas formas la clase terminó. Porfavor, a lo largo de la semana no olviden realizar su boceto preliminar del tema que eligieron y escribir paso a paso el proceso creativo.
Las tardes-noches de Gabrielle y Alexanderina eran siempre igual: al salir el último grupo de alumnos, ambos se quedaban a recoger el taller y guardar los materiales. Más tarde subían a su terraza a tomar algo juntos hasta que la noche avanzaba y llegaba la hora de dormir.
Pero algo estaba ocurriendo. Gabrielle notó a su hermananita más pensativa que de costumbre. Empezó a hacer todas sus labores de forma mecánica, no ponía atención ni en sus clases en linea, ni en sus clases de arte. Sus pinturas tenían colores más oscuros y menos contrastantes. Estaba triste.
--¿Será una etapa? --no se atrevía a preguntar por miedo a incomodarla y alejarla.
Él no lo sabía, pero Alex tenía más del mes yendo al parque a buscarlo a "Él" sin resultados. Parecía como si se lo hubiera tragado la tierra. Poco a poco fue perdiendo la esperanza de volver a verlo, hasta que un día dejó de tener ánimos ir y no salió más.
--¿Quién habla?
--[¿Es usted el maestro Gabrielle Sutherland?]
--Si, ¿que desea?
Gabrielle estaba en la cocina preparando un pastel para animar a Alexa, cuando el viejo teléfono del taller sonó, haciéndolo correr con todo y cucharón.
--[Mi nombre es Samuel Seo. Hace unos meses Alex hizo un cuadro para mi. Eh intentado comunicarme con ella para pedir que me muestre un catálogo de sus obras, pero parece que cambió de número. Por suerte me dio el número de su taller]
--¿Cambio de número? Está bien, le dire que se comunique con usted. Gracias por llamar.
Colgó el teléfono y se quedó pensativo, preocupado por la razón por la que no contestaba su número ¿Será que ese hombre la estaba molestando?-- Ay, no ¡Alexa! --dejó el teléfono tirado y salió corriendo a la habitación de su hermana.
--¡Alex, Alex! me llamó un hombre.
--¿Ahora saldrás con hombres? --pregunta de forma burlona.
--¡Alexanderina! ¿Que pasa con ese hombre?
--Yo que se. Ni siquiera me has dicho que te dijo o quién es.
--Samuel Seo.
--Aaah, si, es un cliente.
--¿Y se puede saber porque no le quieres contestar? ¿Paso algo malo con ese hombre? Alexa, te juro que lo mataré si...
--Oye, oye. Ni siquiera sabía que me había marcado. Es que... bueno... p-perdí mi celular --murmuro de manera casi inaudible.
--¿Que?
--Que perdí mi celular --se cubre el rostro esperando la inminente reprimenda.
--¡Alexanderina Sutherland! ¿¡Como demonios perdiste tu celular!?
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UN TOQUE DE COLOR
FanfictionElla observaba desde la distancia, cada día a la misma hora, al desconocido que se había convertido en su fuente inagotable de inspiración. Tejía historias imaginarias que solo existían en un rincón secreto de su corazón y les daba vida sobre el lie...