Capítulo 1

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Heather


Las paredes cubiertas de un tapiz envejecido daban la impresión de haber visto siglos pasar, y el piso de mármol dorado, aunque desgastado, aún conservaba un aire de lujo rústico, como si su esplendor de antaño resistiera el paso del tiempo. Los cuadros colgaban a lo largo del pasillo, cada uno mostrando pinturas al estilo renacentista, con figuras majestuosas y escenas históricas que parecían observarme mientras avanzaba. Las maletas pesaban en mis manos, y unas gotas de sudor rodaban lentamente por mi frente, resultado del calor sofocante de aquella tarde.

El precio que nos habían dado por alquilar esta propiedad era absurdamente bajo, lo que no dejaba de parecerme una desfachatez, considerando lo que teníamos frente a nosotros. Para cualquier otra persona, este lugar sería una joya invaluable, repleta de antigüedades que hablaban de otra era, de siglos pasados que aún latían en los objetos, en los cuadros y en cada rincón polvoriento de la casa.

El aire dentro de la propiedad tenía un peso distinto.

— Bastante bueno para ser cierto —murmuró Meghan, acomodándose a mi lado mientras observaba con curiosidad lo mismo que yo.

Este viaje lo habíamos planeado entre mi familia y la de mi mejor amiga. Cada año hacíamos algo similar durante las vacaciones. Esta vez, sin embargo, habíamos decidido probar algo distinto: alquilar una casa a través de un sitio web, buscando un lugar que no solo fuera bonito y agradable, sino también asequible para todos. Nos esperábamos una casa modesta, algo simple, pero lo que encontramos fue mucho más de lo que habíamos imaginado.

— Por pura casualidad, tuvimos suerte esta vez —La ironía no se me escapaba, después de todo, nunca había creído en la suerte.

— ¿Sabes qué sería mejor, McConaughey? —Meghan sonrió de esa manera que hacía que todos a su alrededor se derritieran— Que nos encontremos con un chico muy guapo y adinerado.

A veces, me costaba entender cómo podía mantenerse tan optimista, tan ilusionada con la idea de encontrar a ese "príncipe azul" que, según ella, estaba por aparecer en cualquier esquina. Pero ahí estaba Meghan, creyendo firmemente que, en cualquier momento, la magia del amor la envolvería, como si de una película romántica se tratara.

— Quizás encontremos algo más interesante que un chico adinerado —curve los labios en algo lo más parecido a una sonrisa— Podríamos encontrarnos con un asesino en serie.

Porque cuando te acostumbras a esperar lo peor, lo desagradable no puede desilusionarte. Cuando las expectativas son bajas, cualquier pequeña victoria se siente como una excepción, algo casi milagroso, y lo verdaderamente devastador, lo que podría derrumbar a otros, simplemente te pasa de largo. Porque, después de todo, ¿cómo puede algo decepcionarte si nunca esperaste que fuera mejor?

No hay promesas rotas ni ilusiones desvanecidas cuando desde el principio te has preparado para lo peor.

— ¡Cállate, McConaughey! —Meghan chilló, acompañando su comentario con un rápido pinchazo en mis costillas, lo que me hizo dar un pequeño salto de sorpresa. Antes de que pudiera responder, ella ya estaba cargando sus maletas, subiendo las escaleras con su típico entusiasmo despreocupado.

Yo, en cambio, me quedé en el umbral, observando cómo su largo cabello oscuro se balanceaba con cada paso que daba, igual a una sombra en movimiento. Cómo era posible que alguien llevara tanta ligereza sobre sus hombros, cuando el peso del mundo parecía aferrarse tan fácilmente a los demás, incluyéndome a mí.

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