Desvíe mi mirada hacia mis manos, que aún estaban entrelazadas y jugaban mis dedos porque no sabía que hacer. Miré un momento mis manos y devolví la mirada a mi abuelo, y asentí.
Ambos nos paramos de las sillas y nos dirigimos a la puerta. Mi abuelo la abrió y al salir nos encontramos Karl, uno de los ayudantes del palacio.
— Karl ¿Dónde están todos? — preguntó mi abuelo
— En la sala principal, su majestad — respondió él.
Mi abuelo me hizo la seña con su mano para ir. Ambos caminamos por el pasillo, hasta llegar al salón principal donde estaban todos, al escuchar el leve sonido de las pisadas voltearon todos a vernos, mi familia, el primer ministro, junto a los servidores que estaban atendiéndolos.
Mi abuelo me indicó donde sentarme, y los dos juntos nos sentamos en ese sofá, con la mirada de todos los que estaba ahí sobre nosotros.
— ______ y yo ya hablamos — empezó a hablar mi abuelo —. Y ella... — volteó a mirarme y yo solo asentí — Ella está dispuesta a aceptar su nuevo cargo.
En cuanto mi abuelo dijo eso noté un poco de asombro por todos ahí, pero solo los observé unos segundos y quite mi mirada de ellos para desviarla.
— Entonces, su majestad — habló el primer ministro entre todo el silencio —, ya podemos proseguir con el protocolo
— Preferiría mañana — contradijo
— Pero su... — mi abuelo interrumpió
— Mi nieta necesita descansar — arqueó sus cejas —, tenemos todo el día sábado de mañana y el domingo hasta la tarde, ya que en la noche ella vuelve a Londres por sus estudios.
Él entendió, se despidió de todos y salió de ahí.
Y desde ese momento todo era silencio, nadie hablaba, nadie miraba a nadie, no había ni un solo ruido.
Levanté mi mirada un poco observando a todos, con un poco de tristeza y preocupación. Traía mis brazos cruzados y mi pierna tambien estaba cruzada. Así que solo me levanté de ahí y dije.
— Me voy a mi habitación — fue lo único que dije. En el palacio de Oslo tambien teníamos nuestras habitaciones como si fuera una casa más. Volteé a ver a mi abuelo — ¿Está todo ahí no?
— Sí, nadie a tocado nada.
Salí de la sala y camine lo más rápido que pude hacia mi habitación, el palacio era gigante y para mis piernas era caminar demasiado.
Pero al llegar solo abrí la puerta de un jalón y la tiré. Me senté sobre el borde de mi cama, apoye mis manos sobre esta tambien y solo baje mi cabeza pensando que hace unas horas todo era completamente diferente.
Todo lo que solía ser hace pocas horas ya desapareció, vivía sin preocupación y bien, y desde este momento todo sería diferente. Y aunque Ingrid cuando era princesa heredera, yo la veía feliz y normal, he vivido toda mi vida aterrada a esto que ahora que tengo que enfrentarme se sentía tan abrumador que no sabía cómo sobrellevarlo.
Ahora rezo por lo que podría hacer en un futuro y lo que tuve que hacer antes, y si nunca esto hubiera pasado tal vez me sentiría mejor y de seguro jamás hubiera llorado todo un viaje con la idea horrorizada de lo que pasaría al llegar a mi país.
Porque a los diecisiete lo único que quería era vivir, tal vez mis padres me dejen hacerlo pero algo en mí no lo haría y eso era lo que más me dolía, que había aceptado que yo era la que más se frenaba, porque ahora que crecí sigo teniendo los mismo miedos de cuando pequeña.
Y recordar de pequeña cuando imaginaba si esto pasaría se sentía como el golpe de una arma de doble filo. Y ahora que sé lo que se siente hubiera preferido jamás preguntarme cómo era. Porque ahora sé que el peor crimen que pude cometer fue que yo misma haya vivido con esa incertidumbre toda mi vida y jamás pensar en cómo lidiaría con eso, pero ahora que lo vivo en carne propia y no solo en la imaginación siento que entro en locura.
Mi mente volaba y eso era lo que no quería, jamás vi esto venir, solo lo veía como una situación imposible. Y necesitaba una razón para entender esto.
Y fue cuando pensé en eso que hubo un ruido tras mi puerta. Limpié las pequeñas lágrimas de mi rostro y me acerqué a la puerta viendo a mis dos hermanos tras esta.
— ¿Podemos pasar? — preguntó Sverre. Pero yo solo me quede en silencio viéndolos hasta que mis ojos se abrieron totalmente al ver a Marius
— ¿Podemos pasar los tres? — preguntó Marius, mi medio hermano, era el mayor de los cuatro, mamá lo tuvo antes de casarse con papá.
En cuanto lo vi me acerqué a abrazarlo. Luego volteé a ver a mis otros dos hermanos.
— Sí... — desvié mi mirada — pasen.
Ellos tres pasaron y yo iba detrás de ellos. Cerré la puerta y se sentaron en los sofás que habían en la habitación mientras yo volví al borde de mi cama.
— Entonces... — empecé a hablar — ¿Me van a explicar?
— Mira — habló Sverre —, yo fui el que primero que tomó la decisión de salirme
— ¿Por qué? — fruncí levemente el ceño
— Bueno... Digamos que me aburría todo esto de los eventos, tener que cumplir las responsabilidad — alzó sus hombros y arqueó sus cejas —, no es lo mío
— Ni lo mío — habló Ingrid —, todo lo que yo lo hacía era porque me sentía obligada a hacerlo — torció sus labios —, no es lo mío estar en eventos, ir a concejos de estado, el campamento militar me divirtió pero no para yo servir — negó unas cuantas veces con su cabeza —, pero tú sí puedes — sonrió levemente
— Pero pudieron esperar a que yo pueda saber... Tambien pido perdón por no contestar — sonreí sin despegar mis labios. Miré a Marius —, eres afortunado de no tener que vivir esto
— No pero sí tuve que vivir con tus berrinche cuando eras niña — cuando él dijo todos reímos un poco
— Sabemos que tú eres la mejor para esto... — dijo Sverre — Nosotros no vamos a dejar de ser tus hermanos ni de quererte solo por salirnos de las filas
— Yo tampoco dejaré de ser su hermana y de quererlos —. Me acerqué al sofá donde estaba Sverre y coloqué mi cabeza sobre su hombro, lo rodeé con mis brazos —. Jamás los juzgaría por la decisión que tomaron, pero los voy a necesitar mucho para lo que se viene.
🌕
Lo que quedó de la tarde lo tomé para hablar con mis padres y calmar un poco más las cosas, al igual que con mi abuela, todo parecía estar mejor que cuando llegué, mucho más calmado.
Estaba en la sala principal junto a Marius viendo televisión, mi cabeza estaba sobre su hombro. Al ser él, el hermano mayor de todos solía yo siendo la menor siempre recorrer a él cuando era más pequeña y creando un fuerte vínculo entre ambos, y me dolió cuando él viajo a Nueva York para seguir con su vida, así que verlo aquí y en estas circunstancias era lo mejor.
Mientras buscábamos algo de ver en la televisión, un servidor se acercó.
— ¿Qué pasa Karl? — pregunté al verlo
— Tiene visita y sus padres autorizaron que pase — dijo él en respuesta a mi pregunta
— Dile que pase — miré a Marius confundida ya que no esperaba a nadie. Hasta que Karl abrió totalmente la puerta —. Lou — sonreí — ¿Qué haces aquí?.
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The Crown || Louis Partridge
FanfictionAll the pretty stars shine for you, my love Am I the girl that you dream of? All those little times you said that I'm your girl...