CAPÍTULO 27. PARTE A ¿Qué es vivir desde el espíritu?.

3 1 0
                                    

Aprendió a no buscar demasiadas respuestas ni a preocuparse anticipadamente por situaciones que no habían sucedido todavía, estaba aprendiendo a vivir en el ahora.

De regreso, los pensamientos la sumergieron en recuerdos de momentos felices que le llenaron el alma de paz, un sentimiento de armonía la embargó, tuvo la certeza de estar viviendo un instante santo. Es el instante en que se suceden revelaciones trascendentales, en el que las respuestas a preguntas surgen como de la nada y la verdad es revelada no solo para ser sabida también para ser entendida y llevada a la luz.

La certeza de estar en el momento adecuado y el camino correcto la inundó haciendo que una sonrisa se escapará de los labios como afirmando la sensación de complitud, el regreso fue corto y placentero.

La armonía y la paz eran indescriptibles e inigualables, los tenía seguido, cada vez con más frecuencia, se sentía segura y confiada de que estaba cumpliendo con su dharma.

Reflexionó sobre todo lo que comprendía la palabra amor y dio gracias a Dios, al universo, a la energía universal o como cada uno lo quisiera llamar, por ser bendecida con ese sentimiento, en un instante comprendió que el desapego que sentía por lugares, objetos y personas no se debía a la falta de amor sino que él le permitía todo el tiempo soltar, liberar y dejar fluir sin tener sentimientos desencontrados.

El entendimiento le daba tranquilidad, ya que en ocasiones, muchas, se había detenido a pensar porque no se aferraba a nada ni a nadie, comprendió que Amar es desapego, y desapego es ser libre y dar libertad al otro.

Un sillón mullido, suave música de fondo, pluma en mano y aroma al café recién hecho eran la combinación perfecta para que abriese su diario y descargase las emociones, sentimientos, enojos y reflexiones.

Precisaba escribir sobre sentimientos que se le generan cuando se crean expectativas en los demás y no se cumplen.

Leyó y estudió mucho sobre el tema pero diferente era vivirlo, en primera persona, si entendió que el aprendizaje es desde hace tiempo el dar en justa medida para no excederse y generar desilusiones que se sienten cuando no recibimos en la medida que damos. Entendió que somos todos seres individuales, que viven en una sociedad muchas veces egoísta, de ella dependía cómo se sentía y de que manera lo expresaba.

Estaba consciente que no es por los demás sino por la interpretación que hace de las situaciones. Hoy lo vive más relajada porque aprendió a evitar las suposiciones.

En el diario estaban reflejadas todas las expresiones de enojos y defraudación. Le costaba no dar en demasía, en algunas situaciones tenía que prestar atención para no excederse y después enojarse.

El enojo es una emoción que no le agrada experimentar, siempre le costó exteriorizarlo, salvo en la adolescencia. En ese momento se alejaba de situaciones y personas que le generarán enojos y no quería volver a cruzarlas.

Ahora la desilusión se produjo por una relación de amistad, se preguntó de continuo que era lo que la provocaba.

Luego de un tiempo comenzó a sentir que no era escuchada ni comprendida, sintió reclamos de atención de el otro lado que no era recíproco, lo había charlado mucho con Héctor, él le había explicado que las personas cumplen un ciclo en nuestras vidas y no se quedan para siempre.

Que algunos evolucionan, crecen y a otros les toma más tiempo, adaptarse es una manera de permanecer pero si no es lo que tiene ocurrir, la distancia es la mejor opción, en teoría lo entendió pero le resultó complicado de vivir.

Había dejado muchas personas en el camino y había muchos más por conocer.

Estaba tratando de aprender a liberar el sentir que siempre la buscan cuando la precisan, que en los buenos momentos deja de ser parte de sus vidas.

Entendió con claridad que era eso lo que tenía que modificar para transmitir lo que realmente quería.

Quería relaciones de dar y recibir, de estar y que estén sin necesidad de tener que pedirlo.

Comprendió que las personas están tan encerradas en sus vidas y situaciones que no se dan cuenta que fuera hay un mundo que los rodea y seres que viven situaciones como las de ellos, que es necesario pedir, explicar y por poco hacerles un diagrama con lo que los demás también sienten.

Socialmente el ego está por encima de todo y pocas personas viven desde el espíritu.

No era extraño que ellas le reflejaban un sentimiento interior aún no descubierto y del que tenía algo que aprender.

Sentada en el silencio de su living entendió que esos reclamos que tanto le molestan del afuera, son reclamos que se hace cuando deja de dedicarse tiempo y espacios.

Eran su reflejo en el espejo de la vida, hacer consciente esto le devolvió la paz interior, le dio el entendimiento sobre situaciones y personas que la rodean.

En otros tiempos perdió amistades y personas que realmente le importaban por no tener este conocimiento, agradeció haber logrado la evolución que le permite vivir desde el espíritu y no desde el ego... adiós al ego que le impidió amar incondicionalmente tantas veces.

Despertando: Encuentra tu propia luz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora