CAPÍTULO 29. Ellos eligen cuando.

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Se giró con una sonrisa amplia de agradecimiento, dirigiéndose al consultorio con la alegría de poder comunicar todo esto a personas que están sufriendo, en el momento que descubrió que tenía estás habilidades había renegado tanto, hoy que no solo podía hacer uso de ellas sino también compartirlas las sentía como una bendición, y lo agradece cada día.

Se distendió en el sofá para recuperar energía, la angustia y la tristeza de la mañana se habían disuelto, el guía seguía estando ya que tenía una larga tarde por delante, el comienzo del día le generó tanta satisfacción que podía continuar por horas.

Sentir que podía aliviar el sufrimiento de otras personas era una compensación tan grande que no podía describirlo con palabras, quería contarles a la familia pero costaba poner en palabras ese sentimiento tan intenso, sentía complitud, paz interior y amor incondicional, consciente de estar cumpliendo su misión.

El invierno cubría la ciudad, hojas y viento la acompañaban cada día a trabajar, le encantaba ver el color ocre de los árboles, pisar hojas secas sintiendo el crujir, taparse hasta los ojos con uno de los tanto pañuelos que tenía. Pasó toda la semana pensando en el encuentro con Ema, que le diría y si el hermano realmente tendría algo que decir.

Estaba acostumbrada a este tipo de comunicaciones pero solía tratar de no interferir en las situaciones, no quería que las personas creyeran que siempre podía dar un mensaje o decirles algo de sus seres queridos, no todos necesitan comunicarse, algunos se elevan rápidamente al siguiente plano y los que no suelen esperar un tiempo para ponerse en contacto.

Durante mucho tiempo se había cuestionado esta habilidad, si la usaría o la dejaría archivada, pero no podía. En la adolescencia las primeras experiencias fueron a través de los sueños, fueron difíciles porque los que se comunicaban eran los seres queridos de amigos cercanos que aparecían la noche anterior a fallecer, una vez que el alma había comenzado a salir del cuerpo.

Despertaba sobresaltada y angustiada, a las pocas horas recibía la noticia.

Había negado todo esto creyendo que así desaparecería pero no fue lo que ocurrió.

Con el pasar de los años y el crecimiento descubrió que no todo era tan malo, que en situaciones podía consolar a los que quedaban, le faltaba conocimiento y poder transmitir de una forma que le entendiesen.

Llegó al consultorio un buen rato antes que los clientes, quería armonizar el lugar sabía que sería un día diferente.

Encendió los carbones vegetales, les agrego incienso y mirra, cuando el humo comenzó a elevarse recorrió todo el lugar pidiéndole al Arcángel Miguel que limpiará y purificará para que sea un espacio sagrado en dónde solo ingresan seres de luz y almas que necesitan ayuda.

El lugar se llenó de un rico aroma, la energía se hizo liviana y clara, la luz entró a raudales por la ventana. se sintió relajada y en calma. Con tranquilidad preparó el té y se acomodó en el sofá a esperar la hora de la sesión.

Se encontraba sumergida en pensamientos sin sentido cuando oyó el timbre, volvió a la realidad levantándose apresurada para no hacerla esperar, el viento soplaba frío para estar mucho tiempo afuera. Ema la esperaba sonriente, tan distinta de la mujer que conoció la semana anterior y no era que había pasado tanto tiempo.

Hola Ema, ¿Cómo estás?, ¿Qué tal tu semana?.- Sonrió porque sabía la respuesta, podía percibir las sensaciones que emanaba de ella, desprendía una energía diferente, tan distinta.

Hola Vi, bien y ansiosa, se hizo eterna la semana, estuve pensando tanto, sanando tanto sin ser del todo consciente.- la miraba con admiración.

Que buenas noticias, me hace sentir que estoy cumpliendo eficientemente mi función.- La invitó a pasar para charlar tranquilas. Se dio cuenta que venía acompañada y supo que hoy si le contaría sobre el alma que la acompañaba desde el primer día.

Despertando: Encuentra tu propia luz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora