CAPÍTULO 28 Almas...

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Mañana de viento ligero y fresco, el invierno tiñe de colores ocres y amarillos los árboles y hojas, señal de que los días fríos están en pleno apogeo, soplaba sobre los techos, barre las calles y tiritan las aves qu están frente a la ventana.

Sintió que el interior se movilizaba, no encontró palabras en la mente para describir el estado, vacío para llenar, sensación de que algo está por ocurrir sin saber a ciencia cierta que es.

En los últimos días varios sucesos "extraños" llaman su atención. Comenzó a preguntarse si esto era para lo que la habían estado preparando... "Encuentra tu propia luz" le repetía Héctor una y otra vez.

Los chicos duermen en sus habitaciones, así que desayunó preparando el bolso, puso libros, diario, pluma, anteojos, maquillajes y decidió ir en auto al trabajo, el viento anunció un día frío.

Zapatos, abrigo, pañuelo al cuello, ganas y muy buena predisposición para comenzar el mes.

La gente iba y venía por la acera como si los manejan por control remoto, cada uno inmerso en sus celulares, todos o la gran mayoría en piloto automático, como pasa la vida y cuán pocos son conscientes.

Sentada en el auto acomodó pesadamente el asiento a la medida, mientras el motor calentaba notó una sensación rara, casi podía definirla como una presencia a su lado.

No se sobresaltó ya que era una sensación usual, si le generaba cierta inquietud, no tenía tiempo para detenerse a pensar en lo que ocurría.

Arrancó el automóvil, pisó el acelerador pensando en cómo transmitir en palabras sucesos inexplicables. Frecuentes, diarios o cotidianos si, igualmente inusuales, mentalmente solía conversar con los guías pero en este momento sintió que no se estaba expresando bien, o no estaban escuchando.

En el interior había muchos interrogantes y no encontraba respuestas a las preguntas que habían comenzado a aparecer en su mente esa mañana ni bien había abierto los ojos.

Se cuestionó de qué manera podía lograr que le transmitieran mensajes, tratando de escuchar, con el tiempo aprendió que para esto la mente tiene que estar tranquila y en silencio, lejos del bullicio y los interrogantes de todos los demás.

En otros momentos las respuestas y mensajes llegaron por medio de personas que se los transmitían con palabras, gestos, señales, libros o películas. Las respuestas no se hacían esperar salvo que la ansiedad no le permitiese escuchar.

Respiró hondo, soltó el aire lentamente, el cuerpo se tensó y relajó, intentando no sentir la presencia en energía que la acompañaba haciéndose notar cada vez más.

Recorrió las calles prestando atención a los automóviles que cruzaron, a las personas que caminaban y al paisaje de invierno que la rodeaba, queriendo distraer la atención de la sensación que tanto conoce, Sabe a ciencia cierta que se trata de un alma.

Desde pequeña puede percibir diferentes tipos de energía que el resto no sienten ni perciben, de niña se auto convencía que era la imaginación, que no había visto ni sentido ráfagas inesperadas de aire fresco, que la hacían tiritar; sombras que cruzaban o la sensación de que algo o alguien estaba en la misma habitación.

No lo contó a nadie por años y creció pensando ¿me estaré volviendo loca, a alguien más le ocurrirá, será un don o un castigo, por qué a mí? tuvo una niñez feliz aunque por momentos confusa con todo esto inexplicable.

Lo escribía todo, lo racionaliza y aun así no lo comprendía, hasta que creció y de un día para otro le fue revelado que no era la única, eran muchas las personas como ella, lo que tenía era un don llamado clarividencia o media unidad, se podía controlar, con el tiempo ya no lo padecía sino que disfrutaba ayudando a otros a entender que sí, hay vida después de la muerte.

Despertando: Encuentra tu propia luz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora