Dalton Manuel Jons Olvera.
¿No puede contestar los putos mensajes?
¿A caso no le enseñaron educación?
¿Quien se cree para ignorarme los mensajes?No aguanto más esto.
— ¿De quién tanto esperas mensaje, Dalton? — pregunta mi madre al ver que es la segunda vez que sin querer la choco con el carrito de compras.
— De Janneth.
Lo digo de forma tan natural que yo mismo me sorprendo, aún así no me arrepiento de haberle dicho la verdad a mi madre. De todas formas sabría que le miento y lo hubiera adivinado porque ante sus ojos soy tan legible como un libro.
— ¿La hija de Ben? — preguntó extrañada después de un rato de analizar el nombre que le dije.
— Sí, necesito hablar con ella— bufo molesto —. Me a dejado en visto, se que está viva, pero ¿Qué le cuesta decir un maldito gracias? Pudo poner un sticker, un emoji o incluso un maldito gif, pero en vez de eso solo miro el mensaje. Hubiera preferido que no lo abriera antes de sentirme así de molesto solo porque no contesto.
— Tal vez olvidó contestarte, tal vez no sabía que decir ante tu mensaje o tal vez está ocupada.
— ¿En qué? No creo que haya hecho nada más que fastidiar a sus abuelos y dormir como la perezosa que es.
Mi mamá me mira de forma analítica pues no suelo comportarme así. Ni yo mismo me reconozco.
— Hoy vino su padre — toma otro producto de la estantería y lo pone en el carrito con calma —. Deben estar hablando del viaje.
Y en ese momento me doy un golpe mental.
He sobrepensado tanto que no llegué a imaginar que sí pudo haber pasado algo, que ella sí estaba ocupada.
Me he dejado llevar por mis emociones y me he segado solo. Cada día estoy más patético.
— Tienes razón... Es... Es probable — afirmó arrepintiendome de juzgarla.
— ¿Por qué te molesta que ella no te haya contestado?
— Porque— me quedé en blanco buscando una respuesta razonable pero no la hallaba —...Siendo sincero, no lo sé.
— Andas como rarito.
— Soy tu hijo, tengo que ser rarito, mamá — me pega en la nuca al instante —. Auch.
— No me refería a eso — me guía hacia el otro pasillo —. Quiero decir que le estás dando mucha importancia a un mensaje.
— Me preocupaba — me encogí de hombros —. Si está el señor Ben seguro está bien.
— ¿Por qué?
— ¿Por qué de qué?
— ¿Por qué te preocupa tanto esa chica?
Porque me gusta...
Busca otra cosa que decir, muchacho.
— Porque sale en la madrugada...
Muy creativo de tu parte Dalton.
— ¿Se escapa? — pregunta algo horrorizada con esa idea.
— No — digo casi al instante —. Es complicado...
— Puedes decírmelo, prometo no decirle que me contaste.
Dudo en si decirle, pero se que si no se lo digo ella me va a insistir hasta que le diga todo. No tengo opción.
Ahora por andar de lengua larga le tienes que contar, incoherente. Por eso Janneth no te hace caso.
No ayudas mucho, conciencia.
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El aroma a nuestros recuerdos
Teen FictionJanneth vivía en las madrugadas de insomnio por culpa de una vocesilla que siempre la despertaba. Era un poco olvidadisa y sus recuerdas de su niñez se volvieron borrosos, aún así, llegará un momento en el que podrá recordar para revivir esos moment...