- Ya voy mamá -dije saliendo de mi habitación mientras me dirigía a la cocina.
Levantarme temprano nunca había sido mi punto fuerte, y menos, cuando sabía que tocaba ir a clase. Estaba muy contenta y orgullosa de mí por todo lo que había conseguido hasta ahora, ir a la universidad que tanto deseaba y estudiar por fin lo que me gustaba de verdad. Aunque, por otra parte, me sentía más nerviosa de lo normal, no conocía a nadie que fuera a estudiar la misma carrera que yo, y eso me desconcertaba. Saliendo de fiesta podía ser muy abierta, lo tenía más que comprobado, pero al momento de conocer gente por mi cuenta me costaba, pero lo acababa consiguiendo siempre. Aún así tenía miedo.
Entré en la cocina donde se encontraba mi madre junto a mi hermano menor.
- ¿Lista para tu primer día? -preguntó ella.
Me iba preparando un vaso de leche al mismo tiempo que comía galletas y hablaba con mi madre.
- Sí, pero nerviosa por lo que pueda encontrarme.
- Todo irá bien, ya verás.
Hoy sería un día corto, un día de universidad corto, ya que solo se realizaban presentaciones. El día del inicio era mañana. Se supone que el día de la presentación nos iban a explicar las materias que daríamos, los profesores, nuestras clases... y poco más. No todos los cursos y carreras tenían que asistir durante la misma franja horaria, por lo que yo entraba a las 8:00 h y mi mejor amiga a las 11:00 h. De todos modos, luego íbamos a quedar en mi casa para comer y hablar sobre lo que nos explicaron a cada una.
- ¿Eric vienes o qué? No pienso llegar tarde el primer día -le dije a mi hermano mientras bajaba las escaleras.
- Ya voy pesada -respondió él.
Sí que es cierto que yo por las mañanas no era persona, pero su mal humor mañanero era insoportable.
- ¿A qué hora acabas? -me preguntó.
- Pronto, solo voy a la presentación.
- Joder, qué suerte tenéis algunos.
Nos subimos en el metro y al salir cada uno desapareció por un lado, él se fue por la derecha, y yo, al contrario, por la salida de la izquierda. Mis manos estaban temblando, al igual que mis piernas y los pies. Efectivamente, toda mi persona estaba temblorosa. Los nervios aumentaban a medida que me acercaba a la facultad, mi facultad a partir de hoy. A lo lejos vi un edificio rosado, era este. Había mucha gente fuera, gente qué a mi parecer, era mayor que yo, lo que me incomodaba un poco. A medida que me iba acercando más apareció de la nada otro edificio, genial. Dos edificios rosados, ¿a cuál tenía que ir? Debido a mi incertidumbre y mi timidez, preferí no preguntar nada y meterme en el que iba la mayoría de gente. Podía haber quedado muy mal, pero por suerte llegué al sitio adecuado. Visualizaba un montón de grupos, unos con más gente que otros, pero aun así, eran muchos. Me fijé en unos carteles que había delante de cada equipo, que por lo visto había apuntado el nombre de la carrera, unos cuantos nombres, que supuse que éramos los alumnos, y un bolígrafo colgando al lado. Había mucha gente en la misma situación que yo, mirando los miles de carteles, intentando cada uno encontrar el suyo. Pocos minutos después leí el nombre de mi carrera y me quedé mirando el cartel, ¿tenía que hacer algo con el bolígrafo?
- Tienes que tachar el cuadrado del lado de tu nombre con el boli -me dijo una chica que se encontraba en el mismo grupo al que yo estaba enfrente.
- Ah, sí... gracias -respondí- es que estoy un poco perdida.
- No te preocupes, todos estamos igual, quitando a los que se enteraron de la existencia de un grupo de WhatsApp de la carrera.
¿Había un grupo y no me había enterado? Dios que desastre. Al parecer había mucha gente que ya había formado su pandilla, su grupito, y aquí estaba yo, sin conocer a nadie. Al menos la chica con la que hablé tampoco estaba en aquel grupo, pero por lo que me pareció ver era mucho más suelta que yo y ya hablaba con todo el mundo.
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Nada de bomberos, doctores
RomanceLucía es una chica, de primeras, tímida que empieza la universidad tras haber pasado por un accidente que le marcará toda su vida. El que parece ser un amor de verano en unas vacaciones con amigos, acaba siendo más duradero de lo que ella podía pens...