Una palabra que describe a la perfección como se encuentra nuestro mundo ahora. Todo lo que alguna vez hemos querido está siendo destruido en la inmensa batalla de los seres de luz contra las criaturas de la oscuridad, y ha desatado la tragedia.
No es poco conocida la milenaria rivalidad entre los ángeles y los demonios, pero, ¿por qué?. La historia ha sido contada innumerables veces, aquella sobre la guerra entre los reyes; Dios, portador de la luz y guardián de las almas piadosas y Satán, el gobernador de las tinieblas en toda su inmensidad.
Sabemos que Satán le tenía una profunda envidia a Dios, causando un intento de asesinato por su parte. Al no lograrlo, fue desterrado para siempre a las tinieblas, la oscuridad y el olvido. Su alma vengativa y carácter fuerte causaron que se volviese el rey del inframundo, donde criaturas despiadadas, horrorosas y malvadas viven para ser torturadas y servir a Satán por toda la eternidad.
Sabiendo esto podemos llegar a entender lo que ocurre en estos instantes. Una guerra entre los dos bandos que se expande por tanto tierra como aire.
Los ángeles atacan por el cielo, sus alas blancas en constante movimiento los mantienen suspendidos en el aire.
Se oye el susurro de varias flechas atravesando el aire y cayendo desde allí con intención de matar a sus enemigos. Pueden ver como cada vez, más de sus hermanos van cayendo inertes al suelo, más aún así no se rinden, pues están siendo liderados por un hermoso arcangel de la justicia. Su nombre es Jeon Jungkook.
Él avanza por delante de todos, dirigiendo a su poderoso ejército entre la multitud. Vestido del blanco más puro, mira a su alrededor sin una sola emoción reflejada en su semblante pálido. Sus alas blancas se despliegan y lo elevan del suelo con la elegancia tan propia de su persona. Su sola presencia impone a todo aquel con el que se cruza. Él es el líder de su bando, y lo deja claro con cada gesto de ataque que le dirige a sus soldados alados. Es casi invencible.
Abajo en la tierra, la gran mayoría de demonios atacan de la misma forma, algunos fallando en el intento y cayendo muertos al suelo junto a los cadáveres de los ángeles caídos. Un grupo de ellos que poseen alas se elevan y atacan desde el aire. Satán, en un lugar apartado, observa el caos desatado con una suave sonrisa de satisfacción en su rostro. ¿Cuándo acabará esta guerra?, ¿Quién se rendirá?, ¿Quién decidirá retirarse primero de forma pacífica?.
...
La guerra ya lleva varios días, sin embargo ningún grupo quiere retirarse y el líder de los seres de luz está determinado a ganar esta guerra y terminar de una vez por todas la maldad existente en el mundo, tal como su padre lo desea. Puede sentir su mirada clavada en él mientras le arrebata la vida a cada demonio que se cruza a su majestuoso paso.
Del lado de los demonios, Lucifer, la mano derecha de satán, cansado ya de llevar días en guerra, le arrebata a uno de los demonios su arco junto con su flecha y apunta hacia el cielo, específicamente, apuntando en dirección al arcángel y queriendo acabar de una vez por todas esto. Suelta la cuerda, lanzando la flecha y logrando darle a su objetivo. "Así es como se hace" le dice al demonio mientras le regresa su debida arma con una sonrisa arrogante. El ala derecha del arcangel queda herida por una flecha atravesada en ella y cae al suelo dandose un golpe fuerte al tocar la tierra.
A lo lejos, Satán ve como un ángel cae herido y con intención de ir a divertirse un poco se acerca a la zona en donde ha caído a gran velocidad.
¿Qué hará con un ángel herido?.
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