Min estaba sentado en un sillón de la sala, ojeando un libro junto a la chimenea. Estaba de mal humor. De fondo, Hoseok y Jeon estaban sentados en la mesa, charlando sobre cosas mundanas. Sus voces, aunque fueran distantes y leves, le irritaban a un nivel inhumano.

Les hubiera arrojado el volúmen sin pensarlo si Satanás no hubiera entrado por la puerta de la sala en ese instante. En sus manos había lo que parecían ser cajas de regalo divinamente decoradas, y en su rostro algo muy similar a una sonrisa. Parecía casi feliz.

"Yoon, he traído algo para tí" dijo acercándose al sitio donde estaba sentado y mirándolo con expresión cariñosa, al menos a lo más que se podía acercar. Lucifer miró hacia él, ocultando el entusiasmo, fingiendo que no le importaba.

No dijo nada.

"Dulzura, no me pongas esa carita. He ido a escogerlo especialmente para ti, ¿no quieres al menos ver lo que te he traído?" dijo posicionando los obsequios en su regazo.

El demonio seguía sin decir una palabra, pero su seriedad se desvaneció en el segundo en el que vió lo que contenía la caja más grande. Era un traje bordado, probablemente único en su existencia. Parecía hecho para realeza incluso, dado a entender por todos los detalles en los que se habían incluso cosido pequeños fragmentos de piedras preciosas. En la siguiente caja, unos pendientes, un brazalete y un anillo que parecían hechos para él, brillaban casi con orgullo ante los ojos caprichosos del demonio.

No dudó un segundo en ponerselos.

"Y, ¿a qué viene todo esto?" dijo Min, sin ser capaz de ocultar más su sonrisa, y colocándose orgulloso en la cabeza la hermosa tiara de rubíes que Satán había ordenado hacer especialmente para él. De repente su enfado se había disipado, y desapareció por completo mientras abría un joyero conteniendo un hermoso collar. Taehyung sonrió, de pie al lado del sillón.

"No debí dejarte de esa forma en la noche, estuvo mal de mi parte así que lo quise recompensar. Además, tu antigua tiara ya está bastante anticuada, esta es mucho mejor, ¿no lo crees, precioso?" -murmuró mientras le tomaba el collar de las manos y le indicaba con señas que se levantase de su lugar. Él lo hizo, contento pero tardando un poco más a propósito. Taehyung sonrió y rodeó su cuello con el collar, descubriendo un poco sus hombros para poder abrocharlo. Después de eso se acercó a su cuello y le dió un beso en la nuca que le dió un leve escalofrío.

Sonriente, miró de forma discreta hacia los otros dos, que desde el otro lado de la sala miraban atónitos la escena. "Míralo como sonríe -le susurró Hoseok a Jeon con un poco de recelo- "Es una puta consentida".

"Ah, te queda perfecto, digno del príncipe del infierno."-Dijo con orgullo Kim mientras posaba sus manos sobre la cintura de Lucifer quien rió y lo miró con gratitud "Gracias, Taehyungie. Es precioso"- y fueron interrumpidos por una llamada a Satanás para que diera su opinión en cuanto a la decoración de una parte renovada de su inmenso jardín.

Tras darle un suave beso en la mejilla a Min, salió con paso airado por la puerta de la sala, seguido unos segundos después por el mismo, quien ahora, sonriente y orgulloso, miró una última vez a Jeon y Hoseok por encima del hombro de forma impertinente antes de salir de ahí con la cabeza en alto.

Y aunque ese comportamiento pareció irritar súmamente a Hoseok, Jeon realmente no entendía el motivo de tanta pelea. Al fin y al cabo, él era una bestia despiadada.

¿Verdad?

...

En el cielo

Varios días después de la desaparición de Jeon, Dios había mandado a varias tropas de sus ángeles a que se hicieran con él, pero nadie había osado bajar al infierno. Las malas lenguas rumoreaban que probablemente el arcángel ya se encontraría muerto, o siendo usado o consumido en las frías celdas del palacio de las tinieblas. Seokjin, por otro lado, estaba tranquilo, aunque no las tenía todas consigo. Había decidido un elaborado plan de escape, sobre el que había hablado con Satán, pero todavía no iba a llevarlo en práctica.

The Temptation - TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora