Lucifer estaba sonriente. Todos los guardias con quien se cruzaba en el pasillo se giraban de nuevo para comprobar aquella visión. Y es que lo cierto es que no solía sonreír. Almenos no sin malicia, por supuesto. Era una línea curva cruzando su rostro, haciendo que sus mejillas se contrayesen de forma que podría casi llegar a considerarse tierna.
Ni rastro de la maldad que normalmente irradiaba con su sola presencia.
Las muy pocas veces que estaba así, sabían con certeza que solo podía ser por dos motivos. El primero y más obvio, Taehyung. Pero el segundo, uno por el que sentía un aprecio que casi llegaría a compararse al primero.
Y es que su segundo motivo para sonreír siempre eran sus preciadas flores.
Yoongi tenía un enorme invernadero en la punta este del jardín real, que tan solo podía decorar él. Ahí, miles de los especímenes más hermosos de estas plantas aguardaban las visitas del jardinero y del propio demonio.
Sus colores son vibrantes, y su tacto sedoso. No habían semejantes flores en todo el reino, y era la envidia de todos. Pero si algunas eran sus favoritas, esas eran las orquídeas. Desde que Satán había obedecido al capricho de mandar a instalar aquella divina cúpula de cristal, se encargaba de cultivarlas y nutrirlas, con la ayuda de su jardinera especializada, ahora probablemente su mejor amiga, Achlys.
La encontró como usualmente lo hacía, acomodando la tierra alrededor de sus hermosas creaciones subterráneas que poco a poco emergían para mostrar sus pétalos al sol a través del cristal semi tintado del invernadero. Al verlo, se levantó con una sonrisa y se limpió los guantes en el delantal mientras se acercaba a él. Riendo, este le dió un abrazo.
"Yoonie, ¡cuanto tiempo!"-dijo mientras se quitaba los guantes y se los guardaba en el bolsillo.
"Perdóname, Lyss. He estado muy ocupado desde la llegada de esa inmunda criatura"-mientras hablaba, iba paseándose con parsimonia, acariciando con las yemas de los dedos los pétalos de sus tan preciadas flores. Realmente las había echado de menos. La jardinera lo miró con sorpresa.
"No me digas que estás celoso. Eres consciente del favoritismo que te tiene el amo, ¿verdad? Ni siquiera entraría en su retorcida mente el reemplazarte por ese debilucho"
"Lo sé, lo sé. Solo se me hace raro cómo lo trata. Parece que le tenga preferencia"-con unas tijeras de jardinería se dispuso a ayudarla a cortar las hojas secas de un rosal púrpura- "No entiendo por qué, sobre todo después de todo el tiempo que llevo yéndole detrás... No sé como aquel niñato se cree digno de ser mi oponente"
"Quizás deberías dejarle eso en claro, y por lo que tengo entendido, ya estás en ello"-dijo riendo levemente- "Desde que oí lo de los papeles supe exactamente lo que ibas a hacer al respecto. Tengo que decirte, Lucifer, eres más previsible de lo que crees. Para mi, al menos"-y le dió un golpe en el hombro que casi le hace perder el equilibrio, haciendo que se lo devolviera con rabia fingida.
Hacía tiempo que su confianza les permitía tomarse esas libertades.
"Además"-dijo acomodándose un mechón de su larga cabellera azabache de vuelta en el complicado recogido que lo sostenía- "Aquel santurrón no va a hacer nada al respecto. Es el hijo favorito de Dios, no un demonio como nosotros. Incluso si Taehyung lo convenciese, al día siguiente volvería a ti arrastrándose. Siempre lo hace."
"En eso tienes razón, por suerte. Aunque el angelito se está saliendo de control. Si vieras cómo me ha mirado... Parecía que le fuera a estallar el rostro. He tenido que esforzarme para no reírme"-dijo mientras recordaba la mirada de enfado del joven.
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The Temptation - Taekook
FanfictionLa Guerra entre los demonios y ángeles se exhibe por el mundo. Una traición y dos romances. ¿Que puede salir mal? Taehyung - Top Jungkook - Bottom