XXII

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"Espera, no te vayas. Siéntate aquí un momento, Astaroth. Necesito hablar contigo de algo"

El joven obedeció sorprendido. Había acudido a reemplazar las cortinas del estudio de Taehyung y desde entonces había notado la mirada penetrante de este sobre su nuca, incesante e imperturbable. Tomó asiento en una silla bajita colocada al frente del gran escritorio que servía a modo de mostrador. Alzó los ojos de la superficie de la mesa tan solo para encontrar los suyos fijos en él. Un escalofrío le recorrió la espalda. Se rascó el cuello con incomodidad.

"Ehh...¿Hay algo que necesite decirme, señor?"-su pierna golpeaba el suelo repetitivamente de forma monótona.

"Me gustaría conocer cuál es su relación con el prisionero Jeon"

"Ohh.. Estoy confundido, señor. ¿Hay algo que no sea de su agrado?"

Taehyung se dió cuenta de lo extremadamente nervioso que estaba. Sonrió con sorna.

"Te diré una cosa, Astaroth. El arcangel Jeon Jungkook es un prisionero, uno el cual tu intentas ayudar por alguna extraña razón, y creo saber muy bien cuál es. Espero que tomes distancias, porque sino me veré obligado a agarrar esas alas horribles y desplumadas que ocultas y agarrancarlas de un solo tirón para luego dársela a comer a los cerdos. Piensa mi consejo, espero que elijas lo correcto."

Astaroth tragó saliva y asintió. Definitivamente lo que tanto intentaba ocultar había sido descubierto. Se mordió la lengua, prometiéndose no volver a caer en la tentación de acercarsele demasiado y romper su promesa.

"Bien. Ahora, ve a verle y déjale claro que no será así más."

...

Jungkook se encontraba en su alcoba, de pie, perdido en la inquietante monotonía y repetición del patrón en el papel de pared escarlata. Detrás de él, Astaroth arreglaba con puntadas rápidas un desgarre en el cuello de su camisa.

El ambiente había estado tenso desde que habían desaparecido los papeles, aunque no tenían noticia alguna del cielo. Esto era claramente un punto de estrés para ambos, pero parecían haber tomado la simultánea decisión de evitar el tema.

Cuando terminó, el joven se retiró para comenzar a guardar los hilos y las agujas en su costurero que llevaba consigo a todas partes. Jungkook decidió romper el silencio.

"¿Cómo va todo, Astaroth? Hace tiempo que no hablamos y ahora tu silencio me hace dudar de tus impresiones de mi"

Este se giró y se retiró un mechón de pelo que le cubría el ojo izquierdo. Acto seguido se aclaró la garganta.

"No hay motivo alguno por mi discreción. No considero adecuado...me refiero, no creo que el señor apruebe nuestra amistad después de todo lo que ha estado pasando estos últimos días. Os noto más cercanos que nunca, y no soy nadie para interponerme"

Su voz sonaba algo temblorosa y distante. Parecía haber dormido poco. Jungkook lo miró extrañado.

"¿Y por qué eso debería interponerse?" -comenzaba a estar algo cansado de tanto secretismo por parte de todo el mundo en el castillo- "Llevas siendo excesivamente amable desde el primer momento, y no pareces recibir nada a cambio. Ni siquiera pareces tener emparentado directo con nadie del cielo, así que porqué te preocupa? ¿Qué es lo que te beneficia al ser mi amigo? Porque todo el mundo en este dichoso castillo parece querer algo de mi"

Se dió cuenta al momento de que había alzado demasiado la voz. Astaroth lo miraba con los ojos como platos.

"Oye, perdona, no quería hablarte en este tono. Lo lamento"

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⏰ Última actualización: Nov 07 ⏰

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The Temptation - TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora